Las 3 Facciones de la Primera Guerra Cultural por el Futuro de Occidente

En los albores del nuevo milenio, el proceso de demoralización cultural de occidente, llevado adelante por el bloque soviético y su quinta columna en universidades y medios occidentales llegó a su completitud. Una estrategia de guerra fría psicológica maestral, con la gélida impronta rusa, consiguió que el grueso de las tradiciones virtuosas y saludables de occidente – que lo catapultaron a la hegemonía global – perdieran vigencia, siendo reemplazadas por su anti-cultura, de la que el arte posmoderno contemporáneo, a la vez elitista, grotesco y vacío de sentido, es quizás su manifestación más sórdida.

Hoy la vieja cultura occidental es un cadáver y los diferentes grupos político-culturales que conservan la voluntad de signar el futuro de occidente, se alían entre sí o se ladran mutuamente por preservar lo que consideran su parte de los despojos.

Neomarxistas

A estos efectos, y en primera instancia, podría parecer que los carroñeros mejor posicionados son los neomarxistas. Herederos intelectuales de los «idiotas útiles» que la URSS utilizó en las Universidades de Occidente para sembrar el desorden, entorpecer y feminizar a su competidor por la hegemonía global. Poseedores todavía de una intensa aversión a las viejas tradiciones culturales de occidente, cuya vigencia sobre-estiman, los afecta una soberbia petulante que se manifiesta en una peligrosa condescendencia respecto a centros de poder ajenos a las tradiciones occidentales, como el islamismo.

El neomarxismo, sin embargo, preocupado fundamentalemente por la «deconstrucción» de occidente, se alía a todo lo ajeno o periférico a éste.

Carcomido hasta la médula por la misma decadencia que facilitó la caída de occidente, es una anti-cultura más que una cultura propia. No tiene una alternativa sólida y vigente con la que reemplazar a la cultura occidental que desmonta.

Islamistas

Protesta Islamista en Londres
Protesta Islamista en Londres

El islamismo, la manifestación política del islam, conlleva una cultura pre-industrial con un fuerte elemento conservador; una preocupación constante y efectiva por la prevención de la decadencia; el reconocimiento de la existencia de aspectos negativos de la femineidad que justifican como una prioridad fundamental su sometimiento a firmes normas culturales. Gracias al neomarxismo que les ha abierto las puertas de occidente mediante la migración masiva, encubriendo su responsabilidad en actos de terrorismo y financiamiento mediante el crimen organizado, el islamismo tiene múltiples bases de operaciones en occidente y un amplio nivel de infiltración dentro de burocracias estatales y partidos políticos en todo occidente, especialmente en Suecia y Gran Bretaña. Con una impronta agresiva, violenta y belicosa, el islamismo es el *aliado* mejor posicionado para aprovechar esta situación, y suceder al neomarxismo.

La Nueva Derecha

Protesta del Movimiento Identitario Austríaco
Protesta del Movimiento Identitario

Al mismo tiempo las nuevas derechas en todo occidente, se encuentran en ebullición. Un resurgimiento del nacionalismo popular, panoccidental, un redescubrimiento de los valores tradicionales cristianos por parte de la Gen Z que reacciona con desprecio al establishment neomarxista configuran otro vector cultural politico vital, viril y en ascenso.

La imposición por la fuerza del feminismo, la migración masiva, el racismo «inverso», la ideología de género, generaron el caldo de cultivo perfecto, para una contracultura joven y reaccionaria. La pérdida gradual del control de la narrativa por parte de los medios tradicionales, la reincorporación de la realidad al relato, la traslación de poder que esto representa de las élites hacia la base de la sociedad significan el comienzo de un nuevo período de recambio generacional, de renacimiento y refortalecimiento de los valores clásicos, del orden y el equilibrio destinados al conflicto directo, contra la violencia machista del islam y la decadencia afeminada del neomarxismo.

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