El feminismo y la extrema izquierda

No es mera casualidad que encontremos palabras como «anti-colonialismo», «anti-imperialismo», «anti-capitalismo» y «lucha de clases» en las descripciones que hacen de sí mismas la mayoría de las organizaciones feministas.

Coordinadora

Si existe alguna relación entre el capitalismo y la equidad de género, ¿No es demasiado ténue como para mencionarlo en los primeros párrafos de la bio de un «colectivo feminista»?

Una lucha de clases «trans»

El feminismo de la segunda y tercera ola, guardan una estrecha relación con el activismo político de extrema izquierda, con el que aparte de múltiples objetivos, comparte una cosmovisión análoga, sustituyendo la figura del «patriarcado» en cuestiones de género a la de la burguesía en cuestiones económicas.

Minervas Lucha de Clases

De hecho, el activismo feminista actual no puede entenderse sino como una expansión de los reclamos de la izquierda radical, del ámbito de las relaciones económicas al ámbito de las relaciones de género, traduciendo a este nuevo ámbito el mismo patrón oposicional dicotómico (Clase opresora vs. Clase oprimida), y las mismas técnicas políticas y retóricas propias de esta tradición política.

La Revolución es una sola

Dentro de los propios círculos feministas, es común encontrarse con charlas en las que se asume que las reivindicaciones feministas no son fines en si mismas, sino avances en el sentido de una «revolución».

Ahora ¿Qué es esta revolución a la que aparentemente está subordinado el feminismo?

Obviamente en este caso no se trata de un alzamiento armado, sino del proceso de dislocamiento del statu-quo que permita un proceso refundacional.

Este proceso, requiere la aplicación del viejo concepto romano de «dividir para conquistar», promoviendo el surgimiento de múltiples conflictos internos, que llevan a la balcanización de la sociedad, el desvirtuamiento de su identidad y al gradual desmantelamiento y reemplazo de las estructuras económicas, sociales y culturales.

De esta forma gradual se evita la resistencia a la implementación de un nuevo orden social «revolucionario», definido en oposición a lo que es percibido como el orden social actual.

El feminismo como herramienta política

«El activismo feminista actual no puede entenderse sino como una expansión de los reclamos de la izquierda radical, del ámbito de las relaciones económicas al ámbito de las relaciones de género»

La relación ideológica entre la izquierda radical y el feminismo, deja abierta la puerta para una fácil cooperación política del feminismo con este sector del espectro político.

Ejemplos claros de esto son la especial cercanía al movimiento feminista de Podemos en España, el Frente para la Victoria en Argentina, o en Uruguay el Partido Comunista, entre otros.

 

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