Carta de un padre desesperado por ver a su hijo -Esteban Würch

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Jorge Panus, un padre cuyo hijo no ve hace más de un mes, vive una situación de angustia, puesto que su ex mujer le ha hecho una denuncia por acoso sin pruebas, logrando dejarlo 180 días sin poder ver, ni acercarse a su hijo de 13 años.

A continuación, les mostraré por escrito la carta que hizo para que todos puedan leerla:

 

«Soy Jorge Panus.

Vivo una situación angustiosa, dado que no veo a mi hijo, con el que teníamos una vida prácticamente normal compartiéndola con su mamá.

Hasta que, en el año 2017, en el mes de abril, para mi sorpresa a la hora de ir a buscarlo a la escuela, me comunica el directivo de la institución educativa, que él (hijo) no concurría más, que habían pedido pase de frontera. Sin consultarme, sin tomarme en cuenta y dejándome de lado, sin antes exigirme el dinero para poder vivir en Brasil. Esta situación hizo que me sienta despojado y sumamente triste, al no recibir más sus abrazos de los viernes, momentos en los cuales venía saltando mientras decía: «¡Papá, papá!», alegremente.

Luego de poder recuperarme de tan dolorosa noticia, me dirijo a quien corresponde en la seccional policial, quienes no tomaron en cuenta mi situación y mi sufrir, y alejándome increíblemente por 30 días. De ahí en adelante, no supe más nada de él. Dado que había iniciado una restitución internacional, dicho trámite es complicado y costoso, pero para el cual, no tuvo efecto ninguno. Mi hijo con 13 años… ¿Tiene derechos?

Aclaro que todos los meses seguí pagando su pensión, hasta que logré volver a verlo, pero sólo cuando pagaba.

En diciembre del año pasado, él vino, y estaba muy feliz. Eligió comprarse una computadora, y disfrutaba de ella. En determinado momento, específicamente el día 20 del mes de enero del corriente, después de idas y pocas venidas, su madre me hace una falsa denuncia, es decir sin pruebas, a causa de esta, se me aleja 180 días de él, los cuales están corriendo. Se me acusa de que lo acosaba, sin ninguna prueba, ni siquiera la palabra de él. Ante mi sorpresa, por dicha resolución judicial, me siento totalmente a la deriva, sin saber a dónde recurrir.

Hago notar que el amor que siento por mi hijo es enorme. Pero el juez me dijo que todo esto, es el «protocolo», que fuera por otras vías. Lo que me deja pensando… ¡Qué poca preocupación para nuestros niños, que también sufren su desapego obligados!

Intentemos todos juntos, para ser más y no hablar desde el sillón. ¡A mí sí me importa mi hijo! Quiero estar con mi hijo ahora…

Gracias».

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