6 ejemplos de cómo el concepto de «micromachismos» nos está lavando el cerebro a las mujeres – por Lydia Vaze

Dentro de todos los delirios feministas que nos imponen actualmente como verdades, existe un tipo de delirios que, no por no estar recogidos en las leyes son menos peligrosos, ya que lavan el cerebro de muchas mujeres sobre todo y también hombres, haciéndoles creer que todo eso es violencia contra la mujer.

Micromachismos para fomentar el victimismo en las mujeres

Así no es sorprendente que el otro día, en uno de esos millones de enlaces de micromachismos que circulan por ahí, leí un comentario que decía «mis amigas no sabían que estaban siendo agredidas mediante micromachismos hasta que se lo expliqué». Y claro, bombardeando cada día a las mujeres haciéndoles creer que son víctimas de todo lo que hacen todos los hombres cada día ya se las posiciona en contra del varón (porque esta filosofía enseña a interpretar todo lo que haga un hombre como machismo).

Ejemplos de cómo los «Micromachismos» efectúan un lavado de cerebro

Y sí, reitero, es un lavado de cerebro en toda regla. Porque lo normal es que cada cosa que describen como micromachismo no tenga nada que ver con el machismo y, sin embargo, enseñan a interpretarlo siempre así. Por decir algunos que he leído como ejemplo:

1 – «Que el cambiador para bebés esté sólo en el baño de las mujeres y nunca en el de los hombres».

Y en los tiempos que corren, con lo implicados en la paternidad que suelen estar hoy día tantos hombres, ¿no es lo contrario, precisamente una discriminación hacia el hombre, a quien se le impide atender a su bebé con las mismas facilidades que una mujer?

2 – «Cuando un hombre y una mujer se sientan juntos en un bar y uno de ellos pide una bebida con alcohol y otra sin automáticamente le sirven al hombre la que lleva alcohol».

¿Pero eso es machismo? ¿No es un prejuicio contra el hombre por asociarlo a algo que no tiene precisamente connotaciones positivas como el alcohol?

3 – «Tener que aguantar a mi jefe decirme que me tranquilice cuando es él quien está levantando la voz».

¿Acaso los hombres que tienen jefas o la gente que tiene jefes del mismo sexo que ellos no tienen que aguantar cosas así de los jefes? Una figura de autoridad o que ostenta cierto poder en cualquier ámbito social implica eso: tener que aguantar. Así que ¿por qué hay que pensar que tu jefe te dijo que te tranquilizaras porque es un machista? Bien pudo ser porque a veces surgen las diferencias entre las personas que trabajan juntas y, no por los diferentes sexos, sino por los diferentes roles de jefe y empleada es por lo que te tocó aguantarte.

Y ahora voy con otros ejemplos que quizá sean del tipo más frecuente, por ser aquel que hacen personas de ambos sexos y lo denuncian como algo que sólo hacen los hombres con sus parejas femeninas:

4 – «Que tu marido te controle el móvil»

(ejem)

5 – «Que tu marido te pregunte con quién has estado»

Quizá sólo quiere interesarse por lo que has hecho durante el día; si no lo hiciera quizá dirías que no se interesa por la comunicación de la pareja y… ¿las mujeres no lo hace?

6 – «Que tu marido te pida que te vistas de determinada forma que le guste a él»

¿Acaso no hay mujeres que no sólo le dicen al hombre cómo vestirse, sino que además le compran toda la ropa, incluso con el dinero de él o de ambos, sin consultarle?

Así que he pensado que se deberían divulgar también los microfeminismos, es decir, situaciones cotidianas de abuso por parte de las mujeres o la sociedad hacia los hombres. Con la diferencia de que confío en que compartamos microfeminismos reales cuando al menos la mayoría de los micromachismos que se denuncian en la red o en la prensa son fácilmente refutables como hemos visto.

Empiezo:

– Cuando surge la necesidad de hacer un trabajo que requiera cierta fuerza física se suele esperar que lo haga el hombre, sin que las mujeres presentes a menudo hagan siquiera el intento de ayudar.

¿Seguimos juntos la lista?

Lydia Vaze (Humana Siempre)

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