Sobre la utilización política feminista del infanticidio ocurrido en Soriano – por Adriana Bogado

feminismo - Adriana BogadoDados los acontecimientos en el  Departamento de Soriano donde un hombre mató a su hijo de 9 años en un contexto poco claro, varias organizaciones pro mujer plantearon una serie de reclamos ante la justicia de nuestro país. Dentro de estos se encuentra la suspensión de la tenencia de los hijos a aquellos hombres que ejercen violencia doméstica.

Parte del texto de esta carta que fue dada a conocer por los medios expone:

«Hechos atroces como lo ocurrido este fin de semana en la Ciudad de Mercedes dan cuenta de la invisibilización del impacto de la violencia en la vida de los/as niños/as y de la subutilización de los recursos legales por parte del sistema de justicia para protegerlos», señala la declaración.”
(http://www.montevideo.com.uy/auc.aspx?305891)

Ahora, vaya contradicción cuando mucho de estos colectivos y organizaciones impulsan un nuevo proyecto de Ley que solo contempla a las mujeres en sus diferentes etapas biológicas de vida. En este caso donde el que muere es un niño varón, vemos que es un proyecto que no legisla para ellos, ya que el género masculino no es incluido en el desde una perspectiva de protección.

En cuanto a la tenencia, considero que si la justicia brindara las garantías para poder dirimir entre aquellos hombres realmente violentos y enfermos, de aquellos que son injustamente acusados, sin duda esta  no debe ser un derecho para aquellos padres que ejercen violencia hacia la mujer y sus hijos. Lo mismo debería suceder en el caso de la mujer violenta, aunque parece que estos colectivos no lo ven desde esta perspectiva, pues siguen direccionando “la culpa” siempre a la figura del hombre.

Casualmente cuando en nuestro país comienza a resonar el tema de la Custodia Compartida cuyo principal abanderado es el colectivo de padres “Todo por Nuestros Hijos Ya”, esta carta parece atacar de lleno a una iniciativa que a mi parecer pretende sumar y no restar. Sumar  en cuanto a la mejora en el relacionamiento entre progenitores y sus hijos, y nuevas formas de mediación para la convivencia cuando las separaciones son conflictivas y no logran un punto de acuerdo. Sin duda además, queda claro el desconocimiento de lo que propone  el Proyecto de Ley de Tenencia Compartida, que actualmente se encuentra en la Cámara Constitución y Legislación del Senado (https://parlamento.gub.uy/documentosyleyes/ficha-asunto/128297/ficha_completa) ,  ya que el mismo prevé, no el otorgamiento a la ligera de la custodia a ambos progenitores, sino que implica que cada progenitor pueda presentarse ante la justicia para que la misma evalúe. Esto habilitaría la posibilidad de que los hijos tengan oportunidad de crecer y desarrollarse con sus dos padres siempre y cuando estos demuestren llevar una vida y forma de vinculación no violenta. Textualmente la carta expresa:

«Exhortamos al Parlamento a no retroceder en materia legislativa, aprobando leyes que establezcan automáticamente la tenencia compartida. Exhortamos a la reflexión y a la responsabilidad de los operadores del sistema de justicia, para erradicar y atender adecuadamente este tipo de situaciones». (http://www.montevideo.com.uy/auc.aspx?305891)

Retroceso sería generalizar y no  dar lugar a nuevas legislaturas que buscan mejorar en materia de familia, avanzar implica mejorar en primer lugar los mecanismos judiciales existentes. La tenencia compartida ha mostrado ser en muchos países de Europa y la región un mecanismo efectivo para bajar la conflictividad de los procesos judiciales en materia de familia.

Por último y como para aprovechar el momento mediático, la carta ataca, sin antes tener pruebas fehacientes al tan cuestionado Síndrome de Alienación Parental (Criollamente el famoso “lavado de cabeza de los hijos en contra de uno de los progenitores por parte del otro”).  Al igual que la custodia compartida, este síndrome o si se quiere fenómeno no es considerado por muchos de estos colectivos como existentes, sin embargo son cada vez más los grupos de adultos que se identifican como víctimas del mismo. Es clara la intención de estos colectivos de no reconocer este flagelo, ya que no se presentan alternativas a esta problemática social de gran alcance. Pareciera que el único objetivo claro es separar cada vez más al hombre de la mujer y a los padres de sus hijos.

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