La Ministra Muñoz no es la primera ni será la última jerarca a la que critiquen «por ser mujer».

María Julia MuñozParte de los problemas que genera excluir a los varones de los debates de género, es que a los trucos basados en los estereotipos de género que muchas mujeres utilizan para obtener privilegios o beneficios injustos se les da un pase libre.

La utilización de los estereotipos de género por las mujeres en el poder para beneficio propio.

Quizás uno de los trucos más viejos, se basa en la explotación del estereotipo de considerar a la mujer como débil. En el caso del movimiento feminista, se explota constantemente para la obtención de atención y privilegios por parte de la sociedad y la política. En el caso de la Ministra, al declarar que la critican por ser mujer (fuente) lo está utilizando para descalificar a sus críticos como poco menos que machistas y misóginos.

Un patrón de conducta sumamente extendido

Muñoz, naturalmente no es la primera mujer en política que juega la «carta del género», y monta un acto en el cual ella es la indefensa mujer víctima: quizás quien mejor ha intentado explotar este arquetipo de la doncella en apuros halla sido Cristina Fernandez de Kirchner en Argentina. Ambas coinciden en invocar a la vez el reflejo corporativo de otras mujeres y el instinto de sacrificio de los caballeros blancos en sus filas para que acudan a su rescate.

Si bien no deja de ser un sofisma berreta que contribuye a la degradación del debate, la utilización política de la asociación de la mujer a la debilidad, seguirá siendo efectiva en tanto la opinión pública no sea capaz de ver a través de este engaño, que por otro lado es el mismo que utiliza el movimiento feminista en general para imponerle a la sociedad su doctrina.

 

 

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