La marcha del Día Internacional de la Mujer 2020 tuvo lugar en perfecto órden, a diferencia de lo ocurrido en años anteriores, lo nos propone cuestionarnos qué había permitido que tuvieran lugar en ella hechos de violencia por parte del feminismo radical «feminazi».
El cambio principal de años anteriores a éste, ha sido, además de una menor concurrencia, la importante presencia policial, que vigiló exhaustivamente el comportamiento de los asistentes. Esto ocurrió desde la calle, con efectivos desplegados, y desde el cielo mediante una vigilancia por helicóptero.
La mayor presencia policial garantizada por el nuevo gobierno, despertó críticas por parte de los elementos radicales del feminismo que se vieron impedidas de llevar adelante los actos violentos contra hombres, mujeres conservadoras e instituciones cristianas que habían sido moneda corriente en años anteriores.
Este saldo deja en evidencia, que la violencia por parte de radicales, tuvo lugar porque éstas se sentían respaldadas por las autoridades del gobierno de izquierda para llevar acabo esas agresiones sin tener que enfrentar consecuencias.