PEQUEÑA GRAN VICTORIA

Una telenovela controvertida, que presenta situaciones propias de la ideología de género.

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En estos días hemos asistido a la presentación de la novela televisiva denominada “Pequeña Victoria”,  que se presenta por el canal 4 a partir de las 22 horas, todos los días de lunes a viernes.

Con un elenco reconocido en el ambiente de la farándula argentina, se promueve en horario “pico” y con gran publicidad, una tira de ficción cuyo guión presenta temas propios de la “ideología de género” y las nuevas situaciones y problemáticas familiares que pueden suscitarse a raíz de la misma.

El argumento trata sobre el nacimiento de una niña producto de una subrogación de vientre, con el óvulo de una mujer y el esperma de una “mujer trans”, (es decir un hombre biológico) que en principio sería un donante anónimo, pero que acaba involucrado como una tercera madre de la criatura.

La donante del óvulo es una alta ejecutiva feminista “con alergia a la maternidad” según se alude en la misma telenovela, pero que cercana a los cuarenta años decide (no se comprende bien por qué motivo) tener un hijo y para ello contrata una agencia que le provee de una madre subrogante “carrier” y un donante de esperma anónimo.

El repentino e inexplicable deseo de maternidad de esta mujer con las características ya mencionadas, sería el primer dato confuso del guión en cuestión; pues no queda claro al menos en el comienzo de la telenovela, por qué esta mujer  autosuficiente “de las que orinan de pie” según sus propias palabras en uno de los diálogos, quiere ser madre aunque sea de este modo tan complejo.

Por otra parte, en el hipotético caso de que este personaje de madre donante, no quisiera que su hijo tuviera un padre, bastaría con que hubiera recibido una donación de esperma anónimo y lo hubiera gestado ella. Pero en el afán de “rizar el rizo” de esta historia, la niña pasa a tener multiplicidad de madres y en principio ningún hombre que ejerza el rol de padre.

Nos encontramos en esta tira además, con varios clichés con respecto a la discriminación de la comunidad trans, mientras el médico neonatólogo muestra una extrema sensibilidad con la temática del bebé y todas sus madres, cosa muy poco probable hasta por asuntos de ética profesional.

La mujer trans, según se nos muestra en la telenovela, es la que muestra mayor sensibilidad, humanismo y sentimiento maternal, aunque genéticamente sea el padre de la criatura. Especialmente es notoria su actitud, en contraposición a la de la mujer donante del óvulo e incluso con respecto a la madre gestante; quienes por distintos motivos se sienten inadecuadas o culpables por no poder amamantarla en un caso o establecer vínculos afectivos con la niña en el otro.

A la maternidad múltiple, se le suma la figura de una conductora de Uber muy devota de la virgen María, quien no comprende en un primer lugar esta situación verdaderamente confusa, pero acaba milagrosamente aceptando toda la trama con gran comprensión, asumiendo un rol como de abuela de su pasajera, en ausencia de los familiares de las madres de “Victoria”, que es el nombre que se le pone finalmente a la niña.

Como puede observarse, más allá de las fallas de orden lógico y lo poco creíble del guión, lo que sí queda claro es el mensaje de “inclusión” y la imposición sutil de una ideología que va contra el orden natural y científico, poniendo por encima las auto percepciones, la subjetividad y el relativismo.

Por otra parte, se presentan los temas de forma tal, que pensar de manera contraria a lo que propone la trama, sería retrógrado y hasta inhumano. Se establece entonces de forma indirecta una autocensura social, con respecto a lo que puede considerarse como lo “políticamente correcto” y las posibles consecuencias de ir en contra de esta nueva “normalidad”.

Puede adivinarse una especial animosidad en esta telenovela, más allá de su atractivo envoltorio actoral y su llamativa publicidad incluso fuera de los horarios de protección al menor y con promoción especial en un informativo central de noticias. Sin embargo, en lo personal, solamente me cabe advertir en cuanto a la ideologización y naturalización de este tipo de temáticas, muchas de ellas reñidas con la naturaleza y la ciencia, e incluso algunas contra el más elemental sentido común.

Las conclusiones finales con respecto al porqué se presenta esta telenovela en este preciso momento y de esta manera tan especialmente promocionada, las dejo a cargo del lector y de la propia teleaudiencia.

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