El Producto Bruto Interno (PBI) es una magnitud macroeconómica que comienza a ser mirada por el sector feminista al no tomar en cuenta el trabajo que hacen las amas de casa la momento de realizar el cálculo del mismo. Desde hace un tiempo que la igualdad salarial y de oportunidades es uno de los caballitos de batallas del feminismo contra el masculinismo, y su supuesta opresión económica.
El PBI es un índice que marca el crecimiento económico del país y su prosperidad ante los diferentes mercados, pensando en la captación de inversiones. Se apunta a un PBI sexista desde el feminismo por no incluir a las amas de casas en su cálculo. Se ataca al masculinismo por entender que desde allí se manejan los números y la producción que forma parte del PBI.
Sin dejar de reconocer el trabajo doméstico, diferentes economistas han reconocido que cuando el PBI se desarrolló, la crianza de los hijos no entraba en las métricas de puntaje. Actualizar la métrica del PBI para reconocer el trabajo de las amas de casa se reducirían los ingresos medidos en igualdad y caerían los números del PBI, en comparación con los actuales.
El varón deberá atender a esta realidad que se avecina y que, fuera de la igualdad propuesta por el feminismo, puede llegar a alterar los números de la macroeconomía y generar un desfasaje, que puede terminar con una crisis económica mundial.
FUENTE: Quartz