Lamentablemente todavía quedan unos cuantos despistados que piensan que Varones Unidos es una cueva de misóginos violentos, motivados por un prejuicio compartido en contra de las mujeres. Pero el enorme apoyo que recibimos por parte de muchas mujeres es una prueba más de lo lejos que están de la realidad.
El feminismo se basa en preceptos absurdos
Creo que es un buen momento para aclarar algunas cosas. Primero que nada, en Varones estamos a favor de la masculinidad. ¿Qué es eso?
Estamos a favor del reconocimiento de que nuestra sexualidad, las diferencias que nos hacen hombres y mujeres, son parte esencial de nuestra naturaleza como seres humanos.
Lo que se deriva de esto, es que estar a favor de la masculinidad, es decir, de la naturaleza masculina, implica estar a favor de su igual complementario, la naturaleza femenina.
Por oposición, en lugar de celebrar las diferencias, los contrastes y la complementaridad entre hombres y mujeres, como hacemos desde Varones, el feminismo busca erradicar las diferencias de comportamiento entre hombres y mujeres en base a preconceptos sorprendentemente absurdos y fácilmente refutables:
- Que los seres humanos no nacen con una marcada tendencia a la atracción sexual hacia el sexo opuesto.
- Que todas las diferencias de pensamiento y comportamiento entre los sexos son fruto de una imposición social, por lo que para ellas no hay diferencias de raíz biológica entre la psicología masculina y femenina.
El feminismo es misoginia
A esto se le suma un prejuicio de carácter irrefutablemente misógino: Que ser mujer es ser menos.
Es paradójica la prevalencia de esta creencia en un movimiento que declara como uno de sus objetivos al erradicación de la misoginia, pero tiene sentido cuando tomamos en cuenta que el feminismo es un movimiento incoherente. Por un lado dice buscar la igualdad, pero por otro defiende la discriminación contra el varón y coquetea con la apología del ginocentrismo y hasta del supremacismo hembrista.
Lo que entiende por igualdad el establishment feminista actual no es el reclamo por que las mujeres sean juzgadas en base a sus méritos como personas más allá de su sexo, sino la erradicación de los roles de género, la instauración de una sociedad sin géneros, donde hombres y mujeres se comportan igual y no demuestran diferencia alguna en su forma de pensar o comportamiento.
No es difícil darse cuenta de por qué muchas mujeres no se sienten en absoluto entusiasmadas con esta lúgubre utopía que persigue el feminismo.
Pero no solo es la falta de un objetivo seductor, sino también la actitud hostil del feminismo hacia las mujeres que expresan una forma de pensar o de actuar marcadamente femeninas o que no se condicen con el relato feminista.
Si una mujer considera importante ser mamá, prefiere ser ama de casa a trabajar, o le gusta arreglarse y desarrollar su atractivo personal, ya corre riesgo de ser atacada y calificada como «machista».
El feminismo es violencia
Lo que el feminismo no entiende, o no quiere entender, es que imponernos este igualitarismo fundamentalista a contra-natura es ejercer la violencia y la intolerancia.
Todos tenemos derecho a vivir libremente y de acuerdo a nuestra naturaleza de hombres y de mujeres si así lo deseamos. Violencia es pretender impedírnoslo. Es que se nos pretenda imponer los patrones de conducta del sexo opuesto, a nosotros o a nuestros hijos.
Por eso es que quizás tantas mujeres nos apoyan. Hay más de 1000 mujeres apoyando a Varones Unidos, hoy son nada menos que el 20% de la comunidad. Estas son parte integral de ella, no la prejuzgan desde afuera en base al nombre o lo que algún conocido le haya dicho de ella. Ellas nos conocen y saben que defender la masculinidad implica también defender y valorar la femineidad, el derecho de las mujeres a ser libres de vivir de acuerdo a su naturaleza femenina si así lo desean y a diferencia de lo que ocurre con el feminismo, saben que siempre podrán contar con nosotros para defenderlas.