En un episodio que por algún motivo no ha llegado a los titulares, el Estado Islámico, volvió a cometer una nueva atrocidad siendo las víctimas esta vez las mujeres. Al contrario de lo que uno esperaría, la reacción del feminismo internacional ante este acto de barbarie ha sido prácticamente nula, coincidiendo con un patrón de no reaccionar – o incluso ocultar activamente – los actos de violencia cometidos contra mujeres por hombres musulmanes.
Esto no se trata de un hecho aislado en absoluto. El estado islámico aplica abiertamente la «Sharia», una filosofía legal islámica extremadamente discriminatoria contra la mujer. Las mujeres capturadas son consideradas propiedad de sus captores y vendidas como esclavas en el mercado.
Cuando ocurren estos casos es natural que nos preguntemos ¿Dónde están las marchas? ¿Dónde están las feministas «alerta y en las calles»? ¿No es el feminismo un movimiento global? ¿No debería estar preocupado por las mujeres que son quemadas vivas antes que por el supuesto «machismo» de los posters de las películas?
Detalles del suceso:
Según múltiples organizaciones de derechos humanos, la masacre ocurrió en Mosul, ciudad del norte de Irak, que oficia como importante centro de operaciones para el Estado Islámico desde el momento de su captura.
Según testigos las mujeres fueron llevadas al lugar de la ejecución en celdas metálicas, donde se procedió a incinerarlas vivas.
Fuente: ynetnews
