La Ley Orgánica de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género, que se promulgó en España, ha generado una serie de descalabros que se esconden en acciones políticamente correctas, pero que generan detrimento de la sociedad actual.
España, como en otros países de habla hispana, hay un sobredimensionamiento de la llamada Violencia de Género. Así lo muestra la cantidad de muertes violentas que es, en España, de las menores en comparación con otros lugares del mundo. El último punto, y no menos importantes, es el lucro que el feminismo ha podido realizar con diferentes asociaciones, partidos políticos y entidades que se han circunscrito a esta ideología.
Las denuncias falsas son cada vez mayores y permiten solicitar fondos mayores por el crecimiento de las estadísticas negativas. Los tribunales pro-mujer, con el fin de apoyar la mirada que la sociedad y el lobby feminista han realizado sobre este tema, generaron que muchos varones fueran dados por culpables sólo por la palabra de la denunciante, vulnerando la presunción de inocencia.
Toda mujer que acusa a un varón, pareja o esposo de violencia sale beneficiada en materia económica y legal. Esta situación también permite que los fondos de los grupos feministas crezcan, al mostrar número negativos y creciente de la violencia. Los millones de euros en subvenciones viene creciendo de manera exponencial en este último lustro.
FUENTE: Disidentia