En un emotivo mensaje publicado en su cuenta de Facebook, la madre de Brissa pidió respeto para su hija y el sufrimiento de su padre y hermanos:
«Hoy en pocas horas me toca reencontrarme con mi hija que tanto me llamó, hoy la tengo en una bolsa, pido a todos que no recuerden a Brissa en su peor momento si no en los mejores. Los que tuvieron la dicha de conocerla sabrán a que me refiero. Su hermosa sonrisa iluminará mi vida y la de sus hermanos que hoy se sienten incompletos.
Dejó vacío a su padre que tanto amó que tuvo que estar presente, mirar a ese animal tan cerca y no poder matarlo con sus propias manos. Tuvo una muerte terrible. Inimaginable porque la sentí viva hasta el último instante. Pido que retiren todos los lazos negros, las publicaciones de odio, todo y cada cosa que quieran expresar. Pido respeto por una inocente que se fue dejando una ausencia gigante, con una familia que la amó y va a seguir amando.
Retiren sus publicaciones que no está, ya la encontré. Debo cumplir con ella darle paz y conseguir fuerza para sus hermanos que aún la esperan. Gracias, sepan entender si no respondo, es el peor día de mi vida».
Utilización política de la muerte de Brissa
Apenas trascendió el hallazgo del cuerpo de Brissa, e incluso antes, mientras permanecía desaparecida, abundaron las expresiones de odio, e intentos de adueñarse desde el feminismo, del sufrimiento de la población por el crimen del que Brissa fué víctima, así como los llamados a re-considerar la arcaica institución de la pena de muerte.
El colectivo «Mujeres alerta y en las calles», el mismo día que Brissa fué encontrada muerta, protagonizó una marcha por la principal avenida montevideana, agitando consignas feministas: «Tocan a una, nos tocan a todas» y «Ni una muerte más, ni una mujer menos».
Referentes feministas salieron a las redes a culpabilizar al sistema, a los hombres, al «capitalismo heteropatriarcal» de la muerte de Brissa, nuevamente llevando el río de sangre para su molino.
Paradójicamente pareciera que el objetivo de algunos es convertir a Brissa en «una muerte más» registrada como femicidio. Una muerte que el lobby pueda utilizar para continuar extorsionando a la sociedad, exigiendo la promulgación de leyes, la creación de programas, de «observatorios de género» ( uno de los pocos lugares donde las licenciadas en sociología, psicología, estudios de género o ciencia política pueden encontrar trabajo ) o el otorgamiento de subvenciones a organizaciones feministas.
Esta actitud de la sociedad, esta falta de respeto al individuo, a la vida humana, que estos instigadores demuestran es lo verdaderamente preocupante. ¿No será que lo que permite estos hechos de sangre no es el odio a las mujeres sino esta misma falta de respeto por la vida humana en homicidas que, recordemos, matan entre 4 y 5 hombres por cada mujer?