La noticia del asesinato de Lucio Dupuy ha conmocionado a la comunidad y ha dejado a muchos preguntándose cómo puede ser posible que un inocente niño de 5 años sea asesinado con semejante nivel de ensañamiento y perversidad por los adultos a los que el estado otorgó su custodia, ambas mujeres feministas integrantes de la comunidad LGBT.
Ante todo nuestra organización se solidariza con la familia paterna del niño, el papá y sus abuelos que lucharon hasta último momento en el ámbito judicial para recuperar a Lucio, y reclamamos justicia por este crimen brutal. No podemos permitir que este acto de violencia quede impune y es nuestra responsabilidad como ciudadanos luchar contra la violencia en todas sus formas.
Es importante señalar que el sexo, la orientación sexual, la filiación ideológica o la identidad de género de las personas involucradas en este caso no deben justificar en ningún modo la crueldad, la tortura, el abuso sexual y el asesinato de un niño. Si todos merecemos vivir libres de violencia, primero que nadie lo merecen los niños.
Si bien ningún castigo previsto en la legalidad parece suficiente para la perversidad demoníaca de este crimen, dada la aparente complicidad del sistema de justicia argentino en el mismo, al otorgar la custodia del niño a sus torturadoras, es importante para la salud de la sociedad argentina, que la justicia de una señal fuerte y clara de que por ser mujer, feminista, o integrante de la comunidad LGBT, esto no otorga impunidad para torturar, violar o asesinar, con una sentencia severa y proporcional a la gravedad de estos hechos.
También es importante recordar que la violencia doméstica no conoce de género, orientación sexual o identidad de género y que es un problema que afecta a personas de todas las comunidades, y por esto es necesario trabajar para fomentar la harmonía y el afecto en todas las familias y las relaciones de pareja.
Mantengamos a Lucio, al papá y a sus abuelos en nuestras oraciones a la espera de la sentencia que tendría lugar el próximo 2 de Febrero.