En el complejo universo de las disputas familiares y legales que involucran a Wanda Nara y Mauro Icardi, la abogada Ana Rosenfeld se convirtió en un pilar de la defensa de Nara, hasta su retiro. Este texto resume sus acciones, su vínculo con el caso y las razones de su salida, destacando posibles sesgos en el sistema judicial.
Ana Rosenfeld, abogada de alto perfil, participó en el conflicto entre Wanda Nara y Mauro Icardi desde etapas tempranas, especialmente durante el divorcio. Su rol principal fue representar a Nara en audiencias, defendiendo hijos y aspectos económicos. Presentó demandas por pensiones atrasadas y acceso a servicios médicos para los niños, con montos que, según documentos, llegaron a 50.000 euros mensuales. Estas acciones destacaron su estrategia enfocada en presionar a Icardi para cumplir con las obligaciones paternas, aunque generó tensiones en el proceso Clarin.
El vínculo profesional se convirtió en amistad que data de años, incluso desde el divorcio de Nara con Maxi López. Rosenfeld fue aliada clave, asesorando tácticas legales que incluían solicitudes para restringir el contacto de Icardi con las hijas, argumentando riesgo para su entorno. En una audiencia, Rosenfeld exigió visitas en lugar neutral, citando audios de las niñas donde expresaban malestar por la presencia de la nueva pareja de Icardi. Estas acciones no solo buscaban proteger a Nara, sino que también exponían acusaciones de abandono por parte de Icardi, un delito que Rosenfeld calificó como grave en declaraciones públicas audios.
La participación de Rosenfeld también reveló una tendencia en la justicia: la impunidad femenina y la discriminación contra el varón. En muchos casos, el sistema parece favorecer narrativas que pintan a la mujer como víctima, permitiendo que Nara actúe con relativa libertad frente a acusaciones de corrupción moral y ética. Rosenfeld, al impulsar reclamos por deudas y mudanzas internacionales, podría haber contribuido a esta dinámica, donde el enfoque se desplaza de los derechos de los niños a batallas personales. Esto resalta cómo la justicia a menudo sirve como herramienta para ejercer una violencia institucionalizada contra el hombre, ignorando evidencias de infidelidades y estafas asociadas a Nara, como sus denuncias previas que han sido cuestionadas por su veracidad Perfil.
Acciones clave de Rosenfeld en el litigio
Durante su tiempo como abogada de Nara, Rosenfeld realizó movimientos estratégicos. Entre ellos, solicitó pagos pendientes de Icardi, que incluían pensión, gastos educativos y médicos para las hijas, con montos reportados de 4.000 euros mensuales en incumplimientos. En una audiencia clave, presentó pruebas como mensajes de audio de las niñas, lo que Rosenfeld utilizó para argumentar un patrón de abandono. Estas acciones apuntaban a exponer la supuesta negligencia de Icardi, aunque críticos señalan que perpetúan un sesgo judicial Perfil.
El discurso también tocó acusaciones de corrupción moral en Nara, como sus denuncias de hipersexualidad y adulterio, debatidos públicamente, aunque Rosenfeld evitó profundizar para mantener a Nara como figura vulnerable. En ese marco, la discusión pública se centró en el equilibrio entre derechos de los niños y batallas personales La Voz.
El apartamiento de Rosenfeld del caso
El retiro respondió a diferencias estratégicas y presiones externas. Según reportes, Nara cambió de abogado, influida por otro profesional, y Icardi presionó para que Rosenfeld saliera del caso, lo que complicó las negociaciones A24.
Este retiro no solo cierra una etapa, sino que subraya la volatilidad en disputas de género y la necesidad de un marco ético y legal equilibrado para la familia, donde la verdad de los niños debe prevalecer sobre maniobras mediáticas.