La división sobre Población fue creada en 1946 por el Consejo Económico Social de las Naciones Unidas con el fin de analizar y diagramar políticas sobre los cambios en la población, incluyendo las migraciones internacionales, la fecundidad, mortalidad, tamaño y estructura de la población. En 1994 cambió su nombre por la Comisión sobre Población y Desarrollo
PREPARANDO LA AGENDA
En 1994 se celebró la que sería la última Conferencia Internacional sobre la Población y el Desarrollo, que reunió a más de 180 gobiernos del mundo, una gran cantidad de ONG’s, grupos feministas, varias entidades bancarias y financieras (como el Banco Mundial y el FMI) y distintas agencias de las Naciones Unidas como OIT, la OMS, el FIDA, el UNFPA. Allí emitieron un informe que contiene el plan de acción que se ejecutaría según la soberanía, disposición y recursos de cada uno de los países. Entre los objetivos del plan de acción se encontraban brindar a las mujeres acceso a la salud sexual y reproductiva, educación, trabajo, y resignificar su rol en la sociedad y en la familia (el “empoderamiento”). Con ello se esperaba hacer descender tanto la fecundidad como la mortalidad.
Otros objetivos fueron: generar relaciones equitativas entre las poblaciones y el medio ambiente, implementar un modelo productivo sostenible que permitiera a todos los países incorporarse a un mercado mundial más equitativo y menos depredador, para así erradicar la pobreza; cubrimiento en salud, que incluía la salud sexual y reproductiva; cubrimiento extensivo, al menos, en educación primaria y regulación de la migración.
PREOCUPACIÓN O MANIPULACIÓN
Las ONG’s han cumplido un papel determinante en el control de la fecundidad en el mundo por medio de campañas, en cooperación con el desarrollo internacional. Desde hace tiempo declaraban abiertamente su “preocupación” por el control (reducción) de la población mundial y claramente podemos ver esa preocupación en el Programa 21, también conocido como Agenda 21. Este Programa o Agenda consiste en un plan de acción exhaustivo que pretende ser adoptado a nivel universal, nacional y local por organizaciones del Sistema de Naciones Unidas, Gobiernos y Administraciones Públicas de cada zona en la cual las personas influyan sobre el Medio Ambiente.
También en la sesión 34ª de la Comisión de Población y Desarrollo de la ONU, se confirma lo que se sabía desde hace años, las supuestas preocupaciones por el bienestar de la población mundial: salud, educación, conservación del medioambiente, no eran más que excusas para justificar el control “reducción” de la población con propósitos declarados de dominio, como el aborto legal y programas antinatalistas.
En ese entonces nadie se alarmó por el control total que buscaban asumir y sonaba a ficción y así hoy silenciosamente cumplieron sus objetivos utilizando el método Problema-Reacción-Solución, es la estrategia más antigua para perpetuarse en él poder y quizás la más potente. Hoy dichas organizaciones están ejecutando sus planes de control en la población luego de generar y solventar caos en la sociedad.
SIMPLE PEONES
Analicemos la situación actual recordando el método PROBLEMA-REACCIÓN-SOLUCIÓN.
Hay varias maneras de estabilizar, reducir o dominar la población: Control de la natalidad (lo ocurrido en China), infanticidio, guerras, hambruna, control sobre los alimentos, esterilidad, vacunas, etc. Y las excusas son: perjuicio al medio ambiente, el calentamiento global, la falta de alimentos, la inseguridad, la pobreza extrema.
Por lo tanto lo que ocurre hoy en la sociedad comienza a tener sentido como el surgimiento con mayor fuerza del movimiento LGBT y las olas Pro-Aborto como REACCIÓN a PROBLEMAS implantados por las mismas Organizaciones Internacionales, donde el sector más vulnerable y maleable fue tocado, los adolescentes y jóvenes, que son utilizados como simples peones sembrando en ellos una falsa creencia de opresión, lucha social y cultural. En medio de este caos llega una SOLUCIÓN, la lucha por los “derechos”.
Sin bases científicas o siquiera razonables el movimiento LGBT apoyado y solventado por Organizaciones Internacionales ha conseguido un éxito enorme explotando las vulnerabilidades psicológicas de adolescentes que en esta etapa carecen de un sentido coherente de sí mismos, aprovechando sus crisis de identidad donde no son apoyados sino adoctrinados.
La tragedia, por supuesto, es que estos adolescentes y jóvenes que sufren problemas de identidad no reciben la ayuda que necesitan. Un ejemplo es la anorexia nerviosa, otro trastorno caracterizado por una distorsión de la imagen corporal, sin embargo, en contraste con los transgénero (a quienes se les ayuda con un engaño a base de hormonas y “reasignación de sexo”), a las personas con una percepción enfermiza e irreal de sí mismas como obesas o gordas no se les impone una dieta de reducción de peso. Al revés: se diagnostica la anorexia como un trastorno psiquiátrico y se la trata apropiadamente con psicoterapia.
La anorexia y la “disforia de género” están entre las muchas manifestaciones de conflicto psicológico que pueden suceder durante las “crisis de identidad” de la adolescencia, un momento importante en el desarrollo en la formación de la identidad. Es una época de rápidos cambios físicos y fuertes deseos sexuales.
Es aquí donde las organizaciones como la ONU al contrario de elaborar un plan de ayuda tanto a jóvenes y adolescentes que solo necesitan de apoyo y educación en esta etapa de sus vidas hoy buscan imponer una agenda LGBT a nivel mundial. Su actuación durante las últimas décadas contradice dos de sus banderas definitorias: la paz y los derechos humanos. Los dos ideales que son la razón de ser de las Naciones Unidas.
Así los derechos LGTB, un ataque directo a la familia, contradice la Declaración al señalar que es el «elemento natural y fundamental de la sociedad» (art. 16). La cual se basa en el matrimonio: “Los hombres y las mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna por motivos de raza, nacionalidad o religión, a casarse y fundar una familia” (art. 16). Y también la legalización del aborto contradice la Declaración Universal de 1948, que establece el derecho de “todos” a la vida (art. 3).
Por qué vemos este giro radical por parte de la ONU hacia la defensa de la vida y la familia, no hay otra explicación que su “preocupación” por la superpoblación y el peligro en el futuro del planeta, y que era preciso frenar la natalidad.
El informe Kissinger presentaba el crecimiento de población en el Tercer Mundo como una amenaza para EEUU. Uno de los socios más importantes de la ONU para esta estrategia mundial fue Planned Parenthood, la multinacional del aborto.
Hoy en día la anticoncepción son un negocio redondo cuyos beneficios se reparten las farmacéuticas y la ONU. Las píldora del día después se adquiere a menos de un dólar y se vende entre 8 y 15 de promedio internacional.
Los DIU o las “espirales” se compran a un precio de entre 3 y 5 dólares; pero para poderlos usar, hay que pagar la consulta del médico y comprarlos a 15 o 20 dólares.
El negocio ha servido para lucrar los bolsillos de las multinacionales, farmacéuticas y los funcionarios de Naciones Unidas, para frenar la natalidad en el Tercer Mundo, para multiplicar el aborto y para dañar la salud de la mujer.
JOVENES USADOS COMO ARMAS DE DESTRUCCIÓN
Parece ciencia ficción pero con más de 85 abortos por minuto en todo el mundo y la no reproducción del sector LGBT que al contrario son los que más padecen de enfermedades sexuales que los matan lentamente, la Reducción de la Población Mundial está en marcha y fuera de foco están los que financian.
Para llevar esto a cabo tuvieron que aglutinar personas en grupos y borrar las identidades y características personales como actualmente ocurre entre adolescentes y jóvenes. En las identidades políticas no hay individuos, sólo masas amorfas de gente con una propiedad común y definitoria que pueda explotarse para un propósito político.
En resumen estas Organismos Internacionales y Agendas Radicales están cargando y dando “derechos” peligrosos a los jóvenes, así como se carga un arma con municiones para utilizarla en una guerra que ya está en marcha, donde todos mueren menos el sector político.
Simples peones donde una larga y libre vida natural (casamiento heterosexual y derecho a la vida) es reemplazada por un corto y artificial placer (casamiento homosexual por gustos), donde asesinar inocentes es bien visto.
Todo esto sin mencionar que con estas agendas vienen consecuencias, atrocidades y persecuciones hacia los cristianos a los cuales tratan de destruir y matar desde el Siglo I.
FUENTE: OHCHR – Naciones Unidas – UNFPA