Luego de darlo en adopción al nacer, y tras reencontrarse por Facebook se enamoraron. Ahora lucha por la aceptación de esta relación de parte de la sociedad.
Mónica Mares dio a luz a los 16 años y entregó en adopción al recién nacido. Casi dos décadas después se encontraron por una red social y en el primer encuentro surgió el amor.
«La primera vez que vi a mi hijo en persona fui muy feliz y le di un abrazo muy grande. Sentí mariposas en el estómago.» – Mónica Mares
Así contó la madre de Caleb, nombre del joven de 19 años, como fue el reencuentro y la lucha que mantiene para dar visibilidad y aceptación social a la denominada atracción sexual genética, (GSA, según sus siglas en inglés).
Este tipo de relaciones está prohibido en las leyes estadounidenses, y además les imposibilita cualquier tipo de contacto. La madre podría llegar a enfrentar una pena de cárcel, aún así plantea una concientización de la sociedad sobre esta realidad.
Ante la viralización de esta situación surge rápidamente la consulta de si un hombre confesará, de manera abierta, que cuenta con el deseo de compartir su vida amorosa con su propia hija. ¿La sociedad reaccionaría escuchando la problemática o simplemente atacaría al varón por sus sentimientos incestuosos?
Fuente: lanacion.com.ar
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