No eres una madraza, abnegada y atenta, que se desvive por darles a sus hijos una mejor vida anteponiendo su bienestar a sus caprichos y ambiciones, y que se esfuerce y sacrifique por su prole.
No eres tampoco una madre coraje, que cría sola a sus hijos ante la ausencia del padre por muerte o enfermedad, y que lucha contra las injusticias del mundo por darles un futuro a sus hijos para que vivan en un mundo mejor que el que ella ha conocido.
No eres ni tan siquiera una madre decente, que actúe con justicia y nobleza, e intente ser un ejemplo para sus hijos, un modelo a seguir.
Eres una MALTRATADORA: una mujer paridora que no merece el título de madre, una progenitora que intencionadamente aleja al niño de su padre, sin motivo y movida por el rencor u odio hacia la ex-pareja, impidiendo o limitando por mera maldad todo contacto del hijo con la familia paterna.
Eres una grave PERTURBADA MENTAL y una PSICÓPATA que a base de mentir a los demás para justificar sus actos atroces sobre los hijos se ha acabado creyendo sus propios embustes.
Eres una ABUSADORA infantil, al no dudar en mentir, manipular y tergiversar hasta extremos que sobrepasan ampliamente la miseria humana, vulnerando los Derechos de la Infancia, que son Derechos Humanos, con tal de dejar a un hijo sin su padre.
Eres una rata MENTIROSA, al presentarte como víctima indefensa cuando siempre has sido una persona violenta, agresiva, dominante y controladora.
¿Qué clase de amor por un hijo impulsa a un progenitor a dejarlo medio huérfano? Ninguno. Es maltrato infantil disfrazado de amor.
Quienes lo hacen son maltratadoras, y quienes lo permiten, consienten y apoyan son cómplices de este maltrato, porque esas cerdas no podrían hacer tan fácilmente lo que hacen sino tuviesen a su lado toda una piara que les apoya en su demencia