Ana Sandamil, que mató a su hija de siete años en mayo de 2019, fue condenada a prisión permanente revisable. La Audiencia Provincial de Lugo ha estipulado la mayor pena posible para la madre de Desirée.
El tribunal se inclinó por las acusaciones, dejando de lado las tesis sobre muerte accidental o de trastorno psicológico de la homicida. La sentencia final se dio tras probarse que Ana, mientras dormía con su hija, le suministró fármacos sedantes y posteriormente la asfixió.
La causa de la muerte fue “asfixia mecánica por compresión y oclusión de los orificios respiratorios”. Todo implica que la causa de esta “escalofriante” decisión fue enterarse de que el padre había conseguido la custodia compartida para pasar más tiempo con la niña. Sandamil deberá indemnizar con 120 mil euros a su exmarido.
Fuente: El Progreso
