Según un estudio realizado en la ciudad de Berlín, la abrumadora mayoría de los activistas de izquierda, entre ellos feministas, viven con sus padres.
Los datos fueron compilados por la Oficina Federal de Protección de la Constitución. El estudio halló también que la mayoría (el 72%) de los arrestados por motivos relacionados con el activismo de extrema izquierda son hombres jóvenes de entre 18 y 29 años.
Los datos contrastan con la visión que pretenden propagar el establishment desde los medios, que pretenden etiquetar como inadaptados sociales a simpatizantes de la derecha, cuando el grueso de los activistas de izquierda todavía no han atravesado el rito contemporáneo de pasaje a la adultez que implica abandonar la casa de los padres.
Es especialmente llamativo también que el grueso de las activistas feministas que posan como «liberadas» de una sociedad que supuestamente «las oprime» y «empoderadas» que «no necesitan de ningún hombre», no se hayan independizado todavía de sus propios padres.