El #MeToo generó una oleada mediática que llevó al gobierno australiano a lanzar una mega investigación por abuso sexual sobre Harvey Weinstein. La sorpresa del gobierno de Scott Morrison fue descubrir que muchas de las abusadoras son mujeres.
La investigación fue entrando en un silencio mediático, esperando que la gente se vaya olvidando de la situación. Los medios de comunicación australianos se hicieron eco de la llegada de este movimiento. Tras azotar a la Coalición con diferentes denuncias, empezaron a observarse que diferentes mujeres de altos cargos estaban involucradas en estos abusos sexuales.
El informe presentado por Kate Jenkins, comisionada australiana contra la discriminación sexual, se transcribió como “cambio de paradigma”. Esta definición llevó a que terminase durmiendo en un cajón del Fiscal General Christian Porter unos 13 meses.
El gobierno de Morrison debió brindar una conferencia de prensa a principios de este año para aclarar varios puntos que salieron a la luz. El informe de Jenkins indicaba una suba del acoso sexual en lugares de trabajo, con la particularidad que esa tasa de incremento correspondía a las mujeres. Dar a luz esta información, abiertamente, hubieses significado un duro golpe para el movimiento #MeToo comenzó a circular por Australia.
Fuente: Women’s Agenda