Cuando el feminismo y la ideología de género sale a la palestra con que la sociedad ha marcado determinada tendencias de las relaciones entre mujeres y varones, el estudio de la naturaleza deja revelaciones que tira por la borda toda la carga ideológica que plantea su pensamiento femenino.
Las presiones sociales, esas que el feminismo tiene como bandera de lucha, muchas veces viene arraigado en nuestra propia biología. Un estudio en chimpancés dejó en claro que los machos pasan más tiempo lejos de la madres que las hembras, como una señal que los comportamientos sexuales están por sobre la cultura humana y las creencias de género.
Los chimpancés, al igual que algunas culturas humanas, suelen tener a los machos pequeños alejados de las madres como una señal de supervivencia para el futuro. Las raíces biológicas no son excusas para estereotipos dañinos pero ayudan a comprender nuestra propia naturaleza humana y eso termina afectando nuestras vidas.
El estudio realizado dejó en claro que las crías varones, a partir de los tres años, se iban alejando físicamente de sus madres a diferencia de las hembras. Esta falta de socialización de género, que se establece en la actualidad, no forma parte de la naturaleza y se ven diferencias de actividades como una mayor sociabilización de las hembras pequeñas y juegos más rudos en los chimpancés machos, pese a que la ideología apunta a que todos debemos realizar las mismas tareas sin importar la capacidad biológica propia de cada sexo, sin importar las imposiciones sociales a las que apuntan las feministas para defender sus posturas.
FUENTE: Research Digest