«Para vos que decís que el feminismo no te representa, gracias a él podés estudiar!» dicen ellas.
Sin dudas es uno de los argumentos principales que utilizan para desacreditar y ridiculizar a las mujeres que no se identifican con su movimiento.
¿Pero fue así? ¿Gracias a el feminismo las mujeres pudieron acceder a la educación, es decir a estudiar y formarse como profesionales?
Verdaderamente no, fue como entre tantas otros temas, una mentira feminista para utilizar la manipulación histórica en su movimiento.
La primera médica mujer fue Merit Ptah, quien provenía del antiguo Egipto. En la Grecia antigua también habían existido mujeres educadas como las filósofas Aspasia de Mileto, Diotima de Mantinea, Hiparquia, entre otras.
En la antigua Roma encontramos a Hipatia de Alejandría, la primer científica y matemática. Otras figuras relevantes de estas ramas fueron Sophie Germain y Emmy Noether.
Pero sin dudas la mujer más famosa por sus grandes aportaciones a la ciencia fue Marie Curie, quien fue la primera persona en ganar 2 Premios Nobel en las áreas de física y química.
Si nos remontamos a la apertura de la primera universidad occidental, como la universidad de Bolonia (Italia) veremos que ya permitían el acceso de las mujeres hace mil años. Encontrando en ella profesoras desde el siglo XII. Entre las más destacadas se encuentran Bettisia Gozzadini, Novella d’Andréa y Laura Bassi.
Por traer otros ejemplos probatorios de esta realidad, a las prestigiosas universidades españolas de Alcalá de Henares y Salamanca concurrían y enseñaban mujeres como Luisa de Medrano y Beatriz Galindo, quien se convirtió en maestra de la reina Isabel la Católica y sus hijos. Juana de Asbaje o mejor conocida como Sor Juana Inés de la Cruz se destacó en el siglo XVI como gran escritora y exponente del siglo de oro de la literatura en español.
Nunca ha existido una ley que les prohibiera estudiar y si bien muy pocas accedían al sistema educativo, (el número era muy bajo) ocurría lo mismo con respecto a los hombres, había muy pocos varones que podían ir a la escuela también, ya que la educación superior en general, se dió recientemente gracias a la mejora de la calidad de vida de la población.
Incluso las sufragistas ya eran graduadas universitarias, y no se puede luchar por algo que ya se tiene.
La cofundadora de la organización que hizo campaña por el voto femenino en el Reino Unido, Christabel Pankhurst estudió en la Universidad de Manchester, Emily Davison en la de Londres, Anna Howard Shaw en la de Boston, Maud Wood Park en la de Radcliffe y Alice Paul en la de Pensilvania.
Otro caso esta vez en Latinoamérica, exactamente en Argentina, lo encontramos en Cecilia Grierson y Julieta Lanteri, sufragistas que ya ejercían la medicina.
De esta forma desenmascaramos una gran mentira que el feminismo hizo creer a las mujeres por medio de su adoctrinamiento.