El feminismo que aún sigue pretendiendo convencer al público de que busca la igualdad entre los géneros, por un lado asume como un logro la píldora anticonceptiva femenina, mientras ejerce una fuerte presión en contra de los laboratorios que desarrollan anticonceptivos masculinos.
Los argumentos con los que el feminismo justifica esta hipocresía son típicamente ornamentales, orientados a impedir una discusión seria que exponga el abuso que sobre los derechos reproductivos del género masculino, el feminsimo internacional viene sin oposición alguna llevando adelante.
Argumentos feministas contra los anticonceptivos masculinos:
1 – Los varones van a impregnar a traición a las mujeres, al engañarlas diciéndoles que están tomando anticonceptivos.
Este es el argumento más común y el más ridículo de todos. Primero, actualmente las mujeres pueden hacer exactamente lo mismo, engañar al varón diciéndole que están tomando anticonceptivos y condenarlo a traición a una paternidad no deseada, por lo que blandir este argumento es de hecho proyección psicológica, y una admisión involuntaria del abuso ( hasta el momento no penado por la ley ) que algunas mujeres realizan de esta tecnología anticonceptiva.
Segundo, la mujer (a diferencia del varón) tiene a disposición la pastilla anticonceptiva, que le permite permanecer protegida de embarazos no deseados independientemente de si su pareja miente o no. Por lo que lo único que tiene que hacer para evitar ser engañada, es cuidarse. Los varones no tenemos esa posibilidad que anticonceptivos pasivos masculinos nos brindarían, permitiéndonos por primera vez ejercer nuestros derechos reproductivos de la misma forma que las mujeres vienen haciéndolo desde hace décadas.
2 – Los varones nunca van a querer tener hijos, por lo que nunca vamos a poder concebirlos.
Este argumento admite descaradamente que el feminismo quiere dotar a la mujer de derechos reproductivos, a la vez que negárselos al varón. De hecho, este argumento ve como negativo que el varón ejerza su derecho reproductivo más básico: a elegir si quiere o no tener un hijo, porque esto le quita a la mujer el poder que tiene actualmente de elegir unilateralmente sobre la paternidad de su pareja, violando los más básicos derechos reproductivos del varón.