Richard Beranek se encontraba cumpliendo una sentencia de 243 años por agresión sexual, en Wisconsin. En 1990 fue condenado por atacar sexualmente a una mujer rural, hace pocos días se anuló esta sentencia por demostrarse que la prueba de ADN, que vinculaba a Beranek con la escena del crimen era errónea.
Tuvo que pasar 27 años en la cárcel, injustamente, para que el FBI y la justicia norteamericana estudiarán su caso a fondo y se encontrarán con otra de las tantas injusticias en casos de condena por violación. Muchas veces la propia mujer, por encontrarse sobreexaltada, o el afán de encontrar un culpable desde el tribunal, llevan a cometerse errores garrafales como en el caso de Richard Beranek.
Las últimas pruebas de ADN han demostrado que ni el pelo, ni el semen, encontrados en la escena del ataque sexual coinciden con Beranek. A los 31 años fue condenado a 234 años de prisión; hoy, a la edad de 58 años, se encuentra con esta libertad luego de casi 10 mil días encarcelado por un delito que no cometió.
FUENTE: WisconsinWatch