Google en sus oficinas de Silicon Valley cuentan con políticas propias de relacionamiento para sus ejecutivos ‘progres’. El gigante informático permite relaciones de ‘propiedad’ sexual de sus altos jerarcas sobre las empleadas y hasta la posibilidad de ‘alquiler’ entre ellos con la anuencia de la empresa y el silencio de la sociedad informática.
Las transgresiones permitidas contaban con diferente severidad, siendo el caso más emblemático el de Andy Rubin, que por ser el creador del software android para móviles, tuvo relaciones extramatrimoniales por años dentro de la empresa y se retiró como un héroe de la empresa y con varios millones de prebendas. Google protege sus propios intereses y se mueve para evitar peleas legales buscando llegar a acuerdos sin publicidad.
Las denuncias de abuso en el gigante informático, particularmente de grandes ejecutivos denominados ‘progres’ se esconden bajo la alfombra y se tapan con dinero. Mientras apuntan a la corrección política, al apoyo al feminismo y la comunidad LGBT, permiten el alquiler de sus empleadas y que todo tenga precio para seguir siendo vistos como una empresa del nuevo siglo.
FUENTE: NYTimes