Imposibilidades jurídicas, morales y económicas de la despenalización y normalización del aborto – por Tomás Geist

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El aborto es un tema que invadió los medios de comunicación en los últimos meses, lamentablemente allí solo resuenan las ideas políticamente correctas, por eso aquí vamos a analizar el otro punto de vista.

Primero vamos a analizar los artículos y tratados de relevancia constitucional que se verían afectados por la despenalización y normalización del aborto, que va a generar lagunas, contradicciones y problemas en interpretación legal.

Primeramente, el artículo 19 del Código Civil y Comercial de la Nación establece que se es sujeto de derechos desde la concepción y hasta el artículo 24 se habla de temas referentes a las personas, detalladamente en el número 24 sobre el ejercicio de los Derechos.

El Código de Vélez Sarsfield también establece que se es persona desde el comienzo de la vida, la concepción, pero podría ser discutible por su antigüedad y porque ya no está vigente (el C.C.C.N se reformó en 2014). La búsqueda de despenalización y normalización del aborto estaría direccionándose en contra de este inciso del artículo 75 de la CN.

El Pacto de San José de Costa Rica firmado el 22 de noviembre de 1969 establece que toda persona tiene derecho a que se respete su vida adquiriéndolo desde la concepción.

La Convención sobre los Derechos del Niño firmada en 1989 y ratificado mediante la ley 23.849 establece que los niños tienen los mismos derechos que los adultos, interpretando al niño como todo ser humano desde la concepción hasta los 18 años. El artículo 2 de dicha ley refuerza el criterio de interpretación sobre el Artículo 1 de esta convención.

Vale recalcar que una norma que vulnere derechos naturales como lo es (son) el Derecho a la vida y el de la propiedad privada, comprendiendo a la soberanía sobre el cuerpo parte de este derecho, aparte de inconstitucional, es una norma injusta. Y si no existiese el Derecho natural presente, tendríamos atrocidades legales como las leyes de Núremberg, pack de leyes nazis antisemitas y raciales creadas en 1935. La presencia de estos derechos es totalmente necesaria y el aborto vulnera esos derechos.

Un ser humano bajo ninguna circunstancia puede vulnerar los derechos naturales de un tercero. El aborto lo hace y su normalización sería algo totalmente erróneo. Por lo tanto, si se quisiera normalizar el aborto se debería hacer una reforma constitucional y no un proyecto de ley, por la naturaleza de la jerarquía de leyes.

Vamos a repasar el aspecto moral y cómo este proyecto de ley se desvirtúa solo.

Por primer punto, a la hora de realizar un aborto se está poniendo una vida por sobre otra, lo que rompe con el principio de igualdad ante la ley. El colocar una vida por sobre la otra, es un acto arbitrario típico de alguien que quiera organizar la sociedad como quiera.

Hay un ejemplo dado por el abogado Nicolás Márquez donde explica: “las mujeres ricas consumen cocaína de calidad mientras que las pobres consumen paco ¿El estado tiene que distribuir droga de buena calidad para todos sólo porque unos se drogan con cocaína?”

Lo mismo sucede con el aborto. Se usa el argumento: “las mujeres ricas abortan en lugares seguros, las pobres mueren en condiciones horribles y precarias.” Ese argumento es totalmente inválido. Primero: porque genera división y segundo: porque nadie tiene que abortar según su clase social o condición económica temporal.

El diputado nacional por la Provincia de Salta, Alfredo Olmedo, presentó un proyecto de ley, donde se busca un programa de pre adopción para aquellas mujeres que no deseen o puedan llevar adelante la crianza del hijo

Por último: las repercusiones económicas que tendrían la despenalización y normalización del aborto ¿Tengo que contarles que Argentina tiene una de las mayores cargas impositivas del mundo?

Según datos de las organizaciones que se manifiestan a favor del aborto, hay 500 mil al año, con un promedio de 17 mil cada uno. Si se legaliza, tendrá un costo para todos los argentinos de 8.500 millones de pesos al año.

El precio no bajará porque esté en el mercado negro o sea legal. Este gasto, sumado a la característica más nefasta del estado que es la corrupción, se plasmará en los impuestos. Será un demencial.

Cuando se dice que es tema de salud pública, no se toma en cuenta la miserable infraestructura de los hospitales y lugares de salud pública ¿Un procedimiento tan caro en lugares donde los pacientes no duermen en las camas porque no hay lugar, tiene sentido?

A los gastos que mencionaba anteriormente, debemos sumarle la pérdida de poder adquisitivo que se genera por la inflación.

Como último punto, todo esto generará un déficit enorme. Hay que saber también que con estos déficits nos fuimos siempre a crisis.

Está más que claro que desde lo económico, moral y jurídico, el aborto es inviable.

FUENTE: PerfilEl IntransigenteInfobae

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