Suecia es un país al que le gusta verse a sí mismo y venderse a los demás como un «superpoder moral», pero esta fantasía encubre una realidad muy distinta. El relato que el país se cuenta a sí mismo es que se volvió un país rico gracias a su amor por la paz.
Paradójicamente una de las principales razones por las que Suecia es un país rico es que si bien se mantuvo por fuera de las dos guerras mundiales, le vendió armas a ambos bandos durante estas guerras y hasta la actualidad se mantiene como uno de los principales exportadores de armas de guerra, proporcionando armas también a ambos bandos durante la guerra de Iraq.