Mientras los activistas contra la pornografía ponen el ojo en esta para evidenciar los cambios sociales surgidos tras su expansión, como forma de estimular a los varones a cometer actos de agresión sexual; sin embargo cada más estudios dejan en claro que a mayor porno consumido menor es el abuso sexual.
Luego de la revolución de Internet en 1990, donde millones de imagénes y videos se conseguían con pocos clics, el consumo de porno se disparó. Los activistas, que se basan en su teoría contra la pornografía, no han podido contra los estudios y las estadísticas. La Encuesta Nacional de Victimización del Del Delito, llevada adelante desde 1995, arrojó como resultado en Estado Unidos una caída del 44 por ciento de la agresión sexual.
La tesis de los activistas que a más pornografía se incita a los varones a la violencia sexual, no encuentra asidero en la realidad. Tras la caída del muro de Berlín, y la concepción comunista de la vida en la Europa del Este, se llevó a cabo un estudio en la actual República Checa. Las tasas de violaciones durante los 17 años posteriores a la salida hacia el capitalismo cayeron de 800, en las dos últimas década comunistas, a 500 tras la apertura a la legalización de la pornografía. Otro crimen que tuvo una abrupta caída fue el abuso sexual infantil entre los checos, pasándose de dos mil al año a menos mil tras la apertura sexual.
Dinamarca, Japón, China y Hong Kong son otros de los países que vieron mejoradas sus tasas de violaciones o agresiones sexuales luego de la apertura hacia el porno libre. Los estudios dejaron dos datos más, de vital importancia, la pornografía no aisla a los varones y, aquellos causante de ataques o pedofilia suelen ser grandes críticos de la industria porno y no consumirla les da autoridad para cometer sus aberraciones.
FUENTE: Psycology Today