Las políticas de género vienen generando que los varones, particularmente dentro del mundo de la tecnología, comiencen a expresar su descontento y que grupos, como es el caso de Varones Unidos, vayan ganando espacio buscando evitar que la igualdad se transforme en una serie de hostigamiento y prejuicios, como se está viviendo en Silicon Valley.
El mundo tecnológico comienza a tener una mirada reactiva hacia las mujeres por el separatismo masculino que se ha querido generar con la diversidad de género. El entorno de la tecnología siempre se apuntó como ser un lugar hostil para las mujeres, sin embargo, los grupos feministas han conformado camarillas y buscando la subyugación de los varones que se dedican a la fabricación tecnológica.
Todo parece “una caza de bruja”, señalan desde el interior de Silicon Valley, y apuntan a los varones que sufren el escarnio desde los departamentos de recursos humanos. Las cuestiones de género se han transformado en algo religioso, donde el fanatismo toma partida por el apoyo a esta causa en desmedro de quienes no ven el tema de la misma manera o con el mismo apoyo.
Despido de varones que opinan de las políticas de género en las empresas dedicadas a las tecnologías es hoy en día moneda frecuente. En un mundo de mucha participación varonil, la mujer entró en él apuntando al extremismo de la disparidad de género, con muchos varones sintiendo que “tienen un arma en la cabeza” cuando hablan sobre este tema.
FUENTE: The New York Times