A consecuencia de la avalancha de ataques sexuales llevados adelante por la ola migratoria musulmana en toda Europa ( calificada como un éxodo de «refugiados Sirios» por los medios ), han surgido una serie de grupos de hombres con el objetivo explicito de proteger a las mujeres locales de los ataques sexuales de estos extranjeros.
La respuesta del feminismo a la intención de los varones de proteger a las mujeres de la ola de ataques sexuales.
La respuesta de un feminismo coherente y respetable sería bienvenir esta intención de cuidar a las mujeres que estos grupos expresan. El feminismo sin embargo decidió hacer todo lo contrario: Atacar a los grupos de hombres que se formaron con el objetivo de proteger la integridad sexual de estas mujeres con la usual serie de insultos, siempre al alcance de la lengua feminista para escupirlos contra cualquiera que no se subyugue a su dogma ideológico: «Machistas, Nazis, Racistas, etc.»
En específico, la campaña consistió en la típica técnica feminista de concertar a entorno a 100 militantes feministas para que simultáneamente twitteen un hashtag con la leyenda «#inteerkvinna» (Sos vos a quién le tengo miedo), incitando así a las mujeres que son a diario atacadas sexualmente por migrantes expresar su ira no contra sus agresores, sino contra quienes se han movilizado para protegerlas de ellos.
La alianza entre el islamismo radical y el feminismo internacional se termina de develar.
A esta altura ya queda poco lugar para continuar dudando de la alianza entre el islamismo radical y el feminismo para dar un golpe de gracia a los fundamentos de nuestras sociedades occidentales. Esta actitud completamente escandalosa que ha tomado el feminismo, poniendo nuevamente la protección de criminales sexuales musulmanes por delante de la integridad de las mujeres, lamentablemente no es un caso aislado ni mucho menos. Como hemos reportado anteriormente, el feminismo cooperó con potencias islámicas en la promoción de bloqueos a la libertad de expresión en internet, culpó a los hombres alemanes por el asalto sexual musulmán masivo de Colonia, y en general critica insistentemente el supuesto «machismo» de las sociedades occidentales mientras guarda un elocuente silencio frente la flagrante misoginia que plaga en el mundo musulmán.
La máscara de benevolencia del feminismo ha terminado de caer, pero no todos lo han podido ver. Por esto es necesario, ya que en general, los medios se niegan a mostrar la realidad, apuntar a nuestros amigos y conocidos hacia estos hechos que develan la verdad sobre el feminismo, sus objetivos y sus relaciones.