El ingeniero chino Zheng Jiajia, un experto en inteligencia artificial, contrajo matrimonio con una mujer-robot que él construyó. La ceremonia que fue breve solo contó con amigos, compañeros universitarios y su madre. Aunque no tiene valor legal un casamiento entre humanos y androides, según la legislación china, es una luz de alerta sobre las relaciones humanas.
El ingeniero de 31 años tuvo una especie de noviazgo de dos meses con Yingying, nombre con el que fue bautizado el androide. Zhen tomó esta decisión por la presión de la familia a casarse y lo difícil de tener una relación estable con una mujer. La ceremonia no contó con la pomposidad de las bodas tradicionales orientales típicas de la uniones entre varones y mujeres en el continente asiático.
La dificultad de conseguir una relación estable, junto con el cambio cultural que han tenido las mujeres asiáticas en estas últimas décadas cansó al joven Zhen y llevó a tomar la decisión de construirse a su propia pareja y formalizar la relación mediante una boda.
FUENTE: Cromo
