El 16 de junio de 2000 nació Milagros, hija de Diana Enríquez y Leonardo Fornerón. Habían tenido una relación de pareja que dio lugar al nacimiento. Hasta este punto parece una historia como cualquier otra, pero tomaría unos giros inimaginables y sin precedentes en la justicia argentina.
Para el momento de dicho nacimiento, la pareja ya había finalizado y con el pretexto de obtener mejor asistencia médica, la madre se trasladó a Entre Ríos. Fornerón concurre al lugar para hacerse cargo de su hija pero para su sorpresa, la Sra. Enríquez había pactado una adopción (que luego se probaría irregular), al matrimonio “B-Z”, oriunda de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Dicho en otras palabras, la niña fue vendida, con la complicidad de abogados y otros actores.
Fornerón decidió judicializar el caso para lograr obtener la filiación de su hija biológica, contando con pericias genéticas que confirmaban su paternidad, pero para su sorpresa (y la de todo aquel que conoce el caso), el hoy ex juez Raúl del Valle, entendió que no era conveniente que Milagros viviera con su padre biológico (carnicero de oficio), ya que él era de bajos recursos y no estaba en condiciones de brindarle las posibilidades que, en teoría, sí podrían darle los ilegítimos e ilegales padres adoptivos.
Datos no menores: Fornerón contaba con defensa de oficio por no contar por los medios necesarios y los tiempos judiciales han llevado 18 años en un proceso cruel y doloroso para un padre que quiso hacerse cargo de su hija desde el principio. La única foto que tenía de Milagros, y llevaba consigo, la obtuvo del expediente. Durante el proceso, la familia “B-Z” tuvo intenciones de llegar a un arreglo económico para que el padre dejara el reclamo sin efecto.
Ante el fallo antes mencionado, el Sr. Fornerón decide llevar el caso a la Corte Interamericana de Derechos Humanos, que declaró responsable a Argentina por la violación de los derechos a las garantías judiciales, en perjuicio del Sr. y de su hija, y por la violación del derecho a la protección de la familia, ordenando medidas reparadoras en su favor.
Finalmente, el Sr. Fornerón pudo obtener contactos frecuentes con Milagros, quien ya conoce la verdad, pero fue sostenida en su hogar para preservar su integridad.
En febrero del 2018 procesaron a los involucrados en la venta, pero en junio del mismo año, La Cámara Nacional de Apelaciones en lo Criminal y Correccional, dictó la falta de mérito para todos los implicados, dicho de otra manera, no tuvieron consecuencias (fueron sobreseídos es correcto?)
En conclusión, luego de todo este calvario, para la ley, Leonardo Fornerón sigue sin ser reconocido como padre de Milagros.
Agradecimiento al Dr. Sarubbi por información y fuentes.
Fuentes: La Nación – Infobae – Corte IDH – El Once
Entrevistas: Audiencia – Café de la Tarde