Hace algunos días habíamos anunciado la apuesta a la promoción de la transexualidad entre niños de primaria en España, hoy, el semanario Búsqueda ha develado recomendaciones de un manual del Ministerio de Educación y Cultura que recomienda a los maestros homosexuales hablar de sus parejas a los alumnos.
¿Es esta la eduación sexual que los Uruguayos queremos para nuestros hijos?
Curiosamente, la guía de educación sexual, solo motiva a maestros homosexuales a hablar de sus parejas en el aula, no así a los heterosexuales. Para la asociación civil «Llamale H», encargada de la elaboración de estos contenidos, es más importante que los niños conozcan sobre las relaciones de pareja de una minoría homosexual, que sobre las relaciones heterosexuales que probablemente tendrán al llegar a adultos. ¿Es esta la educación sexual que los Uruguayos queremos para nuestros hijos?
Incluso sin entrar a analizar los contenidos del manual, lo primero que uno debe preguntarse es si es el rol de la escuela primaria interceder en el desarrollo sexual de los niños incorporando al programa de estudio construcciones ideológicas anticientíficas, como la teoría de género.
¿Están los niños al nivel de madurez necesario para interpretar críticamente lo que se les alecciona?
Claramente no. La asociación de pediatras de Estados Unidos, ya ha dado contundentes argumentos en contra de este tipo de promoción de conductas sexuales en la infancia.
Este es un debate que la sociedad no ha tenido, quizás porque al grueso de la población, en un país donde la calidad de la educación está en crisis y enseñanza formal está decayendo a niveles paupérrimos, nos resulta infuriante que se pretenda ocupar el tiempo de los niños en someterlos a contenidos seudoeducativos elaborados no para prepararlos para enfrentar los desafíos del mañana, sino para promover entre ellos las potencialmente nocivas costumbres sexuales del colectivo LGBT.
No podemos seguir como sociedad permitiendo que se transforme lo que debería ser la educación de nuestros hijos en un indoctrinamiento sexual que los conduce a la alienación, el conflicto interno y el rechazo de su propia naturaleza biológica como los seres humanos sexuados que son y serán. Es hora de que unamos fuerzas y reclamemos que sobre los caprichos de los lobbies y colectivos generistas, prime el interés, la salud y el bienestar de nuestros niños.