Siguen surgiendo datos que complican la defensa feminista de la presunta asesina de Fernando Pastorizzo. Galarza, que es objeto de una campaña de blanqueo de imagen a cargo del movimiento feminista, había enviado mensajes al celular de su novio minutos después de haberlo baleado con el objetivo de utilizarlos como coartada para argumentar que no se encontraba cerca de la escena del crimen.
En los mensajes, también pretendía instalar su versión de que su víctima la estaría sometiendo a «violencia de género» de modo de reclutar al movimiento feminista en su defensa, en típica maniobra de manipulación digna de su caracter.
Según reporta Diario Veloz:
Ese no fue el único comportamiento 2.0 que complica a Nahir. Días después de confesar el crimen y ya en la Comisaría de la Mujer, alguien de su entorno accedió a su cuenta de Instagram, por entonces en modo «privado», y la abrió. ¿El objetivo? Comenzar con el «operativo blanqueo de imagen» de la joven.
Durante las pocas horas que estuvo pública, se borraron dos fotos de la cuenta. Además, en los últimos quince días el Twitter de Nahir sumó un seguidor (algo que tiene que ser aceptado porque su perfil es privado) y se borró un mensaje marcado como favorito. La fiscal Martina Cedrés, quien reemplaza a Sergio Rondoni Caffa durante sus vacaciones, quiere saber cuál era el contenido borrado, quién lo eliminó de la nube y por qué quisieron ocultarlo.
Por último, la querella y la fiscal aguardan con ansiedad la pericia que permitirá determinar a qué distancia se produjeron los dos disparos que recibió Fernando. Esto podrá determinar si Nahir mintió en su segunda declaración, cuando aseguró que el arma se disparó «por accidente».