Las mujeres profesionales canadienses han visto una ruptura en el relacionamiento con colegas o supervisores varones tras el ‘boom’ que fue el movimiento #MeToo. Muchas actitudes han cambiado desde que el feminismo impuso este hashtag y una persecución hacia el varón en el trato diario.
Las mujeres en roles ejecutivos han visto cómo los varones las reciben en sus oficinas a puertas abiertas o procurando que haya mucha personas en la habitación. Ven un ‘efecto escalofriante’ en las relaciones con sus colegas y con la pérdida de actividad, al no ser invitadas a reuniones, cenas o viajes por miedo de los hombres a ser denunciados falsamente, que termina perjudicando su carrera profesional.
Este movimiento feminista del #MeToo se presenta como una amenaza para aquellas mujeres que pueden llegar a los altos puestos ejecutivos, dado que sus mentores temen un relacionamiento cercano. Muchas empresas han comenzado a prohibir las reuniones entre varones y mujeres en soledad, con el fin de evitar conflictos a futuro.
Abogados han comentado el crecimiento de contactos con clientes corporativos que se encuentran preocupados por las denuncias masivas de acosos sexuales en los lugares de trabajo.
FUENTE: Huffpost