Uno de los temas más desarrollados en las V Jornadas de Debate Feminista realizadas en la Facultad de Ciencias Sociales de la UdelaR -Universidad de la República-, y que es un eje central de la militancia feminista hispana, ha sido el tema de la mal designada «violencia de género«.
Durante los debates y exposiciones realizadas se pudieron observar análisis sesgados sobre las estadísticas y estudios científicos realizados.
La «violencia de género» se planteó como un tema político. Al iniciar este debate se destacó la creación de la comisaría de la mujer hace 30 años, intentando utilizar el retorno a la democracia para legitimar la militancia del feminismo de la tercera ola que se promueve en estas Jornadas.
Gula de poder y control de recursos públicos
Las presentadoras expresaron su deseo de que haya más proyectos (y gasto) públicos sobre la violencia de género, un tema que según comisarios vecinales, está secuestrando los recursos de la policía dejando a la población a merced de la delincuencia.
De acuerdo a las punteras de la corporación política feminista las políticas públicas sobre cuestiones de género «solo pueden solucionarse con el accionar de los colectivos feministas» en lo que puede leerse cierto temor de las militantes de verse reemplazadas por profesionales en criminología, por dar un ejemplo, en la ejecución de estas políticas públicas.
Feminismo contra la publicidad y el carnaval
Las feministas apuntaron contra la publicidad y las murgas, acusando a estos sectores de «mercantilizar a la mujer» en el caso de la publicidad y «misoginia» en el caso de las murgas. Estos ataques pueden leerse como un indicador de los vectores de penetración, es decir, dónde el movimiento pretende instalarse en posiciones de poder para imponer la observación de la ideología feminista a través del poder institucional obtenido.
La frigidez sexual femenina como fuente de resentimiento para motivar la militancia feminista
Las feministas presentaron su teoría de que los problemas de frigidez sexual que presentan muchas de ellas, tienen como razón de ser la «violencia de género».
Para legitimar estas suposiciones, presentaron varias elaboraciones sociológicas que relacionan problemas sexuales femeninos, principalmente del goce y disfunciones, con la violencia de género. Los trabajos presentados ejemplifican la metodología seudocientífica posmoderna, de acuerdo a la cual se establece un objetivo ideológico a imponer de antemano de acuerdo a la conveniencia política y luego se busca elaborar «estudios» que sirvan de material legitimante para el reclamo establecido de antemano, descartando la evidencia que pueda contradecirlo.
Los estudios se basan en una recolección de datos apuntando un grupo selecto y con determinadas características, que terminan sesgando el análisis.
Otro reclamo de las feministas fue por la «falta de políticas de salud» para promover el placer sexual de las mujeres, culpando al «patriarcado» por la inexistencia de tales políticas a pesar de que no exista tampoco política alguna para atender problemas de impotencia ni eyaculación precoz, difunsiones sexuales masculinas, dependiendo los hombres que sufren este tipo de patologías de tratamientos pagos en clínicas privadas.
Cierre con la humillación ritual a un policía
Un subcomisario de San José formó parte del cierre de este debate. Prestándose de esta forma para la acostumbrada humillación ritual que deben soportar los hombres en este tipo de contextos, siendo interpelado y destratado por las concurrentes, para quienes «los hombres» y más aún «los policías» son símbolos de todo aquello que buscan destruir y desnaturalizar.
El subcomisario, en su intervención procuró apaciguar a las feministas reconociendo algunas «omisiones históricas» y los cambios generados en los últimos años debido a las políticas de izquierda y el feminismo, pero como era de esperarse, esto no evitó que fuera increpado.