La izquierda española sigue sin comprender algo que es tan sencillo de entender que hasta un niño lo haría. A la gente, si exceptuamos a algunas personas con ciertos prejuicios particulares, le importa tres pepinos los homosexuales y lo que hagan; lo que les molesta es la politización del tema y el día del orgullo gay, así como el día de la mujer trabajadora y demás días de este tipo que son políticos, ideológicos.
¿Quién invitó a la política a meterse en nuestra cama?
El Estado no tiene por qué hacer proselitismo de una orientación o gustos sexuales concretos que suponen además el 1% de la población en este caso. La mayoría de la gente que se opone a estas manifestaciones no tiene absolutamente nada en contra de la homosexualidad, pero detesta instintivamente la sexoideología y el proselitismo estatal gay-feminista, mientras a la vez menosprecia las relaciones heterosexuales influenciados por la retórica ideológica-feminista de la normatividad heteropatriarcal y todas las gilipolleces esas. Todas estas cosas desembocan en el efecto contrario al deseado y no acaban de darse cuenta.
El Estado ha de permanecer neutral en estos asuntos y no intervenir en estas fiestas. Si la plataforma 28 de Junio quiere hacer sus festejos que los hagan, pero que intenten involucrar a las entidades gubernamentales es contraproducente ya que estas entidades son representativas de todos como ciudadanos y no como ciudadanos homosexuales, heterosexuales, bisexuales o lo que sea.
Los «colectivos» de la política sexual reclutan a instituciones estatales
La primera acción conjunta de la Plataforma 28 de junio en Madrid, por poner un ejemplo, fue la de enviar cartas a todos los ayuntamientos madrileños, pidiéndoles que cuelguen en sus consistorios la bandera arco-iris de 6 colores.
Si yo hubiese sido la autoridad municipal me habría negado en rotundo por lo acabado de comentar. Las instancias gubernamentales deben dejar libertad negativa no positiva, que estamos muy mal acostumbrados con las ideas intervencionistas socialdemócratas en esto y sus discriminaciones «»positivas»».
¿Acaso los homosexuales y demás tienen que recibir su bendición del papá Estado para justificarse o sentirse bien? ¿Es este el orgullo gay? es indigno. La homosexualidad y sus manifestaciones simplemente deben estar permitidas y no perseguidas, no promocionadas, es así de simple.