Más de una vez me he encontrado en Facebook con publicaciones, bien en muros privados, o bien en grupos, en los que una mujer hace una denuncia pública de un hombre por hacer algo tan terrible como decirle, en una conversación privada, que está muy guapa, o que le gustaría invitarla a algo.
Cualquier persona con sentido común y que desconozca este fenómeno, que me temo es frecuente, se preguntaría dónde está el problema, qué hizo él para que ella se ponga así, porque ella, no sólo se muestra indignadísima, sino que dice cosas como “ahora va a saber todo el mundo lo que es/hace”, con el objetivo (declarado) de que más gente se le eche encima, humillarlo, etc.
No hablamos de denuncias de acoso genuino
Y ojo, no hablo de acoso real (aunque muchas lo llamen así), es decir, insistencia en molestar cuando ya se sabe que se está molestando porque ella ya dijo que no estaba interesada en sus propuestas. Ni hablo de proposiciones directamente para tener sexo o con imágenes pornográficas, etc. No. Hablo de cosas tan sencillas y habituales como manifestarle a una persona que te gustaría conocerla más o intentar halagarla diciéndole que le parece muy atractiva… Y por supuesto que la otra persona puede no estar interesada y puede no querer que le digan nada así, pero somos adultos, ¿no?
¿Tan alocada es la idea de hablar como tales y dejar claro que no te interesa? Otra opción sería la de bloquearlo, aunque normalmente la veo innecesaria, en caso de que no sea insistente, me refiero… pero se podría bloquear sin intentar humillarlo públicamente, digo yo.
¿Por qué actúan así algunas mujeres?
Si os soy totalmente sincera, creo que este comportamiento “moderno” se puede deber a dos motivos:
1.- La mujer actúa así porque, no interesándole ese hombre, cree que es lo que debe hacer como feminista que se precie, que siempre va a interpretar prácticamente todo lo que le diga un hombre como una agresión y quiere “hacer justicia” mostrando su “empoderamiento” sobre el hombre.
2.- Socialmente es aceptable que el hombre alardee de sus conquistas amorosas, incluso encuentros sexuales con más de una mujer, mientras que en la mujer no suele estar bien visto (por mucho que, bandera feminista en mano, reclame su libertad sexual, pero ni ella misma ve bien cuando ella u otras tienen una vida sexual con varios hombres).
Haciendo alarde
Así que mientras un hombre puede alardear de esas experiencias, una mujer, si quiere alardear recurrirá más bien a hablar de cuántos pretendientes tiene o de las cosas que éstos le dicen.
Por tanto, haciendo estas “denuncias públicas” mientras fingen indignación, en realidad están disfrutando dando a conocer lo irresistibles que pueden llegar a ser, que “no paran de acosarlas” y otros comentarios de ese tipo que al menos yo, he leído.