Como recientemente reportó Telemundo, el homicida que asesinó a Brissa Gonzalez había estado recluido previamente en la cárcel y el Hospital Psiquiátrico Vilardebó, luego de protagonizar varios ataques contra niñas.
El agresor acumulaba varios antecedentes por atentado violento al pudor, y confesaba tener «impulsos que no podía controlar», apuntando a un problema de orden psiquiátrico.
El hallazgo arroja luz sobre el móvil del caso y aleja a los intentos de utilización política del caso por parte del feminismo, de retratar al agresor como un hombre común y asignar la culpa a todo el sexo masculino, la cultura y la sociedad en general.