Sam Wormer, un hombre estadounidense fue apuñalado en el estómago por un grupo de militantes de Antifa enmascarados luego de que expresara su descontento respecto a la persecusión política que sufriera un ex-compañero de estudios suyo a manos de activistas de izquierda hasta lograr que lo despidieran de su trabajo.
Persecusión política y ciberacoso
Su ex-compañero, Ryan Roy, de 28 años de edad participó de la manifestación con antorchas de la ultra-derecha. Activistas de izquierda lo identificaron, hallaron su lugar de trabajo y hostigaron a su empleador hasta que se vió forzado a despedir a su empleado. Los activistas llegaron a llamar a la guardería que cuida del hijo de Roy para exigirles que no le prestase más ese servicio.
Wormer, que no se identifica «ni de izquierda ni de derecha», fue atacado por el grupo terrorista de ultra-izquierda en la puerta de su casa cuando se aprontaba a ingresar a su vivienda, no por participar de la demostración sino por estar en desacuerdo con las medidas tomadas por los activistas de izquierda dirigidas a «destruir la vida» de los militantes de derecha.