El feudo entre Italia y el gobierno internacionalista Francés continúa escalando. Los poderes centrales de la Unión Europea: Francia y Alemania, están encontrando cada vez más problemas para forzar a los demás integrantes de la Unión Europea a recibir los migrantes.
Al grupo de Visigrado, firmemente católico y opuesto a la migración masiva de africanos y musulmanes por más que obvias razones, se ha sumado recientemente Italia cuyo nuevo gobierno de coalición, ha definido como una de sus prioridades la deportación de migrantes africanos que han cometido asonadas constantes y atroces crímenes contra la población local.
Puntualmente, el ministro del Interior de Italia, Matteo Salvini, criticó duramente al presidente francés Emmanuel Macron, calificándolo de «hipócrita» por rechazar a los migrantes mientras pontifica a otras naciones sobre la política de «fronteras abiertas».
«No tomamos lecciones de un hipócrita», dijo Salvini el jueves en respuesta a una declaración de Macron que condenó a los nacionalistas que según Macrón «predican el odio».
El martes, Salvini se reunió con el primer ministro húngaro, Viktor Orban, en Milán, después de lo cual los dos líderes prometieron demoler la actual estructura internacionalista de la Unión Europea (UE) y reemplazarla por un modelo que respete la soberanía nacional de los países.
«En Europa, Macron está a la cabeza de los partidos que apoyan la migración masiva, en el otro lado estamos nosotros, que queremos detener la migración ilegal», declaró Orban.
En una publicación en Facebook el jueves, Salvini dijo que es hora de que el Macron sea coherente.
«Desde el comienzo de 2017 hasta la actualidad, la Francia del ‘buen Macron’ ha rechazado a más de 48,000 inmigrantes en las fronteras con Italia, incluidos mujeres y niños», dijo. «¿Esta sería la Europa ‘acogedora y solidaria’ de la que Macron y otros buenistas hablan?».