¿Por qué no hay libertad de expresión en «universidades» posmodernas como la Siglo 21?

Ayer, la universidad privada argentina «Siglo 21» estuvo en boca de todo el mundo, especialmente en las redes, luego de que las autoridades de esta casa de estudios decidieran sancionar gravemente a un estudiante al que el movimiento feminista marcó para realizarle un linchamiento mediático por vestir un disfraz que resultaba ofensivo para estos activistas.

¿Por qué se ofendieron por un disfraz?

El muchacho se disfrazó de «víctima de femicidio» en evidente burla a la interpretación falaz y políticamente interesada de esos casos que realizan los activistas feministas en todos los ámbitos en los que operan, citando como única causa y explicación de estos homicidios a la dinámica de poder entre hombres y mujeres. Una simplificación absurda y políticamente interesada del fenómeno que impide que se investigue sobre sus causas reales y se implementen políticas que reduzcan efectivamente su incidencia.

Naturalmente el muchacho no buscaba burlarse de una persona asesinada, pero poco importa la verdad a instituciones posmodernas como el movimiento feminista actual y las universidades que operan sobre la base de la epistemología posmoderna como la Siglo 21.

¿Qué quiere decir que son «posmodernos»?

La epistemología (estudio del conocimiento) posmoderno, consiste en reemplazar la epistemología moderna (que entre otros logros, nos dió el método científico, y la importancia de conocer la realidad objetiva a través de la experimentación), con una «nueva» epistemología posmoderna, relativista, según la cual, cada persona vive en la burbuja de «su» realidad. Siguiendo esta concepción, niegan la existencia de una realidad objetiva que se pueda conocer, negando con ella también la validez del método científico.

La epistemología posmoderna brinda la base intelectual sobre la que se sustenta la «teoría» de género, que como vemos, debe denominarse más certeramente «ideología de género», ya que no se trata de una teoría que busque el conocimiento de una realidad objetiva, sino fines de carácter político de los que ahora vamos a hablar.

La corrupción de las universidades

El posmodernismo, que han adoptado como ethos muchas universidades, no es sin embargo el origen del problema sino un síntoma de un proceso más profundo que consiste en la subversión de las instituciones educativas para que dejen de servir la función que han sido concebidas para cumplir. De esta forma, consiguen que las universidades ya no funcionen como el aparato cognitivo de la sociedad, (la fuente de conocimiento sobre la realidad objetiva) que tenemos, y se conviertan en un aparato ejecutor de una agenda política global orientada a promover la «justicia social». ¿Qué es la «Justicia Social»? Este post lo explica muy bien.

¿Por qué estás «universidades» posmodernas aborrecen la discusión abierta de ideas?

La libertad de expresión, investigación, discusión de ideas era necesaria cuando la función de la institución educativa era el descubrimiento de la verdad. Cuando una universidad cambia este paradigma moderno por el posmoderno, deja de orientarse hacia la verdad para orientarse hacia la «justicia social» (algo muy afin al comunismo, pero con mejor branding). Una vez corrompida de esta forma la universidad, las libertades de expresión, discusión y pensamiento dejan de servir a la institución volviéndose impedimentos para la consecución de «nuevos» fines, contrarios a la verdad.

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