Varones pagan más del 70% de los impuestos ¿Es justo que el estado solo tenga políticas para mujeres?

La carga fiscal recae de manera desproporcionada sobre los hombres, quienes aportamos más del doble en impuestos que nuestra contraparte femenina. Sin embargo, resulta llamativo que nuestro desproporcionado aporte no se vea reflejado en políticas públicas específicas que aborden nuestras problemáticas sino todo lo contrario.

Esta injusticia plantea cuestionamientos sobre la equidad en las decisiones gubernamentales y la necesidad de considerar una perspectiva más inclusiva en la elaboración de políticas.

Se alega que a lo largo de la historia, las mujeres han enfrentado diversas desigualdades y discriminaciones y que las políticas públicas género-específicas han sido una herramienta valiosa para abordar estas desigualdades y promover la igualdad de género, pero este enfoque específico en políticas para mujeres ha dejado a los hombres en una situación crítica, pues no se abordan en absoluto sus problemáticas y desafíos.

Contribución desproporcionada de los varones al financiamiento del estado.

Problemáticas Masculinas sin respuesta:

Temas como la salud mental, el suicidio, el aislamiento social, las dificultades para formar familias y para mantenerlas unidas, las pandillas criminales, la paternidad, el fraude parental y el abuso de sustancias son algunas de las cuestiones que merecen una atención más exhaustiva.

Es importante destacar que no se trata de una competencia sobre quién recibe más atención o recursos, sino de reconocer que ambos géneros enfrentan desafíos y necesidades distintas que merecen ser considerados por igual. El hecho de que los hombres sean los principales contribuyentes fiscales debería traducirse en un reconocimiento adecuado a través de políticas públicas que atiendan sus problemáticas específicas.

La equidad de género no debe significar la exclusión o el olvido de un género en particular, sino la búsqueda de igualdad de oportunidades y derechos para todos.

La falta de políticas públicas específicas para abordar las problemáticas y necesidades específicas de los varones es un hecho preocupante. En lugar de ignorar esta realidad, se debe promover una visión más inclusiva y equitativa en la formulación de políticas, que reconozca la importancia del aporte de los hombres a la sociedad y atienda sus legítimas demandas. Solo a través de un enfoque integral que abarque a ambos géneros se podrá avanzar hacia una sociedad más justa y equitativa para todos.

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