Una mujer de 34 años asesinó a puñaladas a su pareja de 18 con la que convivía en la ciudad de Motril, España. La femicida se entregó a las autoridades con las manos ensangrentadas y confesando la autoría del delito.
Este caso como tantos otros, ejemplifica que la violencia en las parejas, aún la que acaba en la muerte de uno de los integrantes de la misma no ocurre exclusivamente en parejas heterosexuales ni se basa necesariamente en características propias de la masculinidad.