Ha trascendido que Omar Mateen, el responsable de este repudiable despliegue de violencia, era un asistente regular de la discoteca gay que atacó y contaba con un perfil propio, incluyendo su fotografía, en una app de levante gay.
La homofobia se desvanece
Esta información viene a dificultar la tarea de quienes propugnaban enmarcar este hecho dentro de la «violencia homofóbica». Es más difícil asignar un carácter homofóbico a un acto de violencia ejercido por alguien que parecería pertenecer a la propia comunidad gay contra la que supuestamente estaría dirigido el ataque. Dicho esto, el hecho de que Marteen fuera gay, no imposibilita que este haya sido un crímen de odio hacia la comunidad homosexual.
Vínculos con el Estado Islamico (ISIS)
De momento, más allá de la sospecha de una enfermedad mental, la motivación de Marteen para realizar este acto, sigue siendo una interrogante. La hipótesis más fuerte es que se trataría de un atentado motivado por el extremismo religioso y facilitado por una predisposición psicológica a la violencia.
El llamado público de ISIS a cometer ataques durante el Ramadán – un período religioso musulmán similar a la cuaresma cristiana -, podría haber sido el detonante.
El autor del atentado mencionó al ISIS durante una llamada al servicio 911 ocurrida la noche del ataque.
¿Soft ties o Softies?
Marteen ya había llamado la atención del FBI cuando en conversaciones con compañeros de trabajo, había afirmado tener vinculaciones con grupos terroristas islámicos.
«En aquel momento hallamos que los vínculos con grupos terroristas eran mínimos y no respresentaban una amenaza» – Ronald Hopper, Agente del FBI
Fuentes: Incluidas en el texto.