Cada vez crece más la preocupación sobre por qué el feminismo resiste los esfuerzos que se realizan para apoyar a los varones que son víctimas de la violencia doméstica.
En gran medida, esto ocurre porque la teoría feminista se basa en preceptos completamente rebatidos por la comunidad científica, como la creencia en que el grueso de la violencia doméstica es producto de una supuesto «patriarcado» y «masculinidad tóxica».
Lo que está detrás de esas creencias, es un resentimiento pervasivo, un odio hacia el género masculino en general, evidente en el pensamiento de las principales teóricas feministas. La promoción de este odio al varón (misandria) que realizan las feministas, es una de las razones por las que las relaciones entre varones y mujeres han venido haciéndose cada vez más difíciles, empujando a muchos varones al extremo de prescindir completamente de una relación de pareja.
Pero veamos lo que dice el Plan de Acción 2016-2019 contra la violencia de género, preparado por el MIDES, para descubrir cómo las víctimas masculinas de violencia son invisibilizadas y el varón estigmatizado sistemáticamente como agresor, aún cuando según los propios datos del MIDES, el principal agresor en el contexto familiar es la madre de la víctima.
Este documento incurre en discriminación contra el varón en repetidas ocasiones a lo largo de su redacción. Por ejemplo al no contemplar a los varones adultos en los mecanismos de apoyo a víctimas de violencia de género, cuando los varones representan a 1 de cada 3 víctimas mortales de violencia doméstica y al solo imponer medidas de «resocialización» de los agresores cuando estos son varones.
Desde VaronesUnidos instamos a todas las figuras públicas del país a rechazar estos aspectos discriminatorios del plan y a solicitar su enmienda, previendo también la existencia de varones víctimas de violencia de género y que las medidas de «resocialización» o no se apliquen a nadie, o se apliquen independientemente del género de los agresores.
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