La reacción inmediata de toda y tod@ feminista al leer algunas de las críticas al movimiento que pueblan las páginas de esta web, es pensar que Varones Unidos es una organización antifeminista. Pero nosotros no estamos de acuerdo con esa afirmación, porque simplemente no es cierta. Varones Unidos no es una organización «antifeminista», es una organización «masculinista» que es algo muy distinto.
¿Qué es el antifeminismo?
El Antifeminismo es un movimiento elaborado en respuesta al feminismo y que tiene por objetivo combatirlo por considerarlo nocivo como concepto para la sociedad y en especial para los hombres.
¿En qué se diferencia el masculinismo de Varones Unidos del antifeminismo?
El Masculinismo de Varones Unidos no se orienta a una lucha contra el feminismo, aún cuando las características hembristas, extremistas y totalitarias del movimiento actual hagan esa lucha necesaria.
Varones Unidos se orienta a la reivindicación de una masculinidad occidental fuerte, saludable, diversa, e inclusiva. Nuestro objetivo no es luchar, sino para construir.
¿Debe combatirse el feminismo en todas sus formas?
No. El feminismo como defensa de los derechos de las mujeres y como movimiento social de mujeres que buscan resolver los problemas específicos de su sexo desde una perspectiva femenina debe seguir existiendo.
Existen múltiples concepciones no-hembristas del feminismo representadas por figuras de categoría como Camille Paglia o Christina Hoff Sommers, pero que lamentablemente no gozan de una influencia comparable a la de las concepciones hembristas del feminismo que dominan actualmente el movimiento.
¿Si no son antifeministas, por qué critican tanto al feminismo?
Seríamos mucho más felices de no vernos en la necesidad de criticarlo, porque estamos frente a una realidad: el feminismo actual le declaró la guerra a la masculinidad. Toda expresión de virilidad es interpretada por est@s fanátic@s como «machismo». Esto no puede continuar. No si queremos vivir en una sociedad saludable donde el aprecio y respeto mutuos entre el hombre y la mujer venzan a la desconfianza, la intolerancia y el odio.
No queremos ver el fin del movimiento feminista, pero lo queremos ver reformado entorno a un nuevo paisaje de emociones femeninas. Queremos verlo dejar de lado el revanchismo taimado, la arrogancia, el resentimiento, la misandria, que han sido el oscuro estandarte del movimiento.
El feminismo debe dejar de ser un movimiento contra los hombres, para empezar de nuevo a ser uno que no victimice a la mujer, que recupere la autoestima femenina, que reivindique de una vez por todas la femineidad, esa que – sin necesidad de indoctrinamiento alguno – surge sola del alma de las mujeres.