Ya es el último grito en la moda el estar a favor o en contra de todo, sin cuestionarse nada. Ahora ser rebelde es chic. Se toman posturas cuyos argumentos parecen transcripciones de cualquier disparate dicho en wikipedia. Cualquier estupidez sirve como pretexto para la militancia y el activismo.
Todo se politiza
Vivimos en un permanente 1984 orwelliano, en donde ideologías, conceptos, postulados y conductas son torcidas y relativizadas conforme a los caprichos de una cúpula de pseudointelectuales, que se las dan de populacho, hasta el punto de querer influir hasta en los aspectos más íntimos de nuestras vidas cotidianas, en todos aquellos principios básicos que hacen posible nuestra convivencia.
Todo es extremo
Si sos blanco no podés ser negro y viceversa… Nos imponen términos y etiquetas, en función a esta torsión y relativización. En base a esto cabe preguntarse: ¿Será que realmente estamos pensando por nosotros mismos? ¿O simplemente estamos comprando ideas procesadas a conveniencia de otros? ¿Será que estas ideas son para unirnos como especie, como dicen por ahí? ¿O simplemente son un cúmulo de eufemismos que nos separan cada vez más?
Cuando se habla de «romper con lo moralmente establecido por otros»… ¿No es posible que tal vez esta «moral alterna» que se propone para «romper con lo moralmente establecido por otros» sea también una moral establecida por otros?
¿No creen que es arrogante objetivizar algo tan subjetivo como la moral? Si somos liberales, pero no somos capaces de tolerar al que piensa diferente, ¿entonces somos liberales? ¿somos tan «abiertos» como creemos? ¿No será que la libertad también es un eufemismo? ¿Será que nacimos con la misión de tirar todos para el mismo lado, pero estamos tan anestesiados por el ego que no nos damos cuenta de eso? ¿Será que algún día entenderemos que no se puede jugar a ser Dios?