Miguel Martinez, quien se identifica como mujer usando el nombre «Michelle», se encuentra siendo enjuiciado por la violación de la niña.
El oriundo de Wyoming, Estados Unidos, habría invitado a la niña a pasar al baño, donde le acarició los pechos y los genitales antes de consumar la penetración.
Difícilmente se pueda decir que no se alertó sobre el riesgo de que este tipo de cosas ocurrieran si se permitía entrar a hombres vestidos de mujeres a los baños femeninos, una política que en Uruguay está siendo promovida al menos por el gremio de estudiantes del IAVA. Esto no importó al lobby LGBT ni a la horda neomarxista políticamente correcta, y acá nos vemos: el precio del capricho siendo pagado por el más débil.
Fuente: Daily Caller